Desafíos insoslayables del futuro de la educación superior

A 30 años de la reinstauración del sistema democrático, después de una reforma curricular al sistema escolar y de la instalación de un sistema de aseguramiento de la calidad de la educación superior (Ley 20.129 de 2006), el país se encaminó a un profundo proceso de transformaciones, impulsado por el propio dinamismo alcanzado por el sistema y acelerado por las movilizaciones de los estudiantes del año 2011.

Como consecuencias de este dinamismo y después de siete años de discusiones políticas, económicas y sociales el proceso culminó con la promulgación de la Ley 21.091 de educación superior, el año 2018; la Ley 20.903 del sistema de desarrollo profesional docente, el año 2016 y la Ley 20.845 de inclusión escolar, el año 2015.

El Foro AEQUALIS, en su permanente reflexión acerca de la Educación Superior se ha planteado la siguiente pregunta ¿la legislación vigente y su implementación se hacen cargo de los desafíos futuros? Creemos que en este punto tenemos un problema.

El nuevo cuerpo normativo se hace cargo, en parte, de la regulación que el sistema necesita, pero carecemos de certezas acerca de si permitirá proyectar y sustentar la Educación Superior que el país necesita en este siglo, al menos hasta 2050 (resta 31 años).

De las tres macro dimensiones que la ley regula: institucionalidad, financiamiento y aseguramiento de la calidad, es esta última la que debería ayudar a que las instituciones alcancen sus propósitos y fortalezcan su quehacer; al mismo tiempo deben contribuir a que nuestro país alcance el desarrollo, lo que todos esperamos ocurra en las próximas dos décadas.

El punto es que los mecanismos, procedimientos, criterios y estándares propios del lenguaje de la acreditación, son solo una condición necesaria, pero no suficiente para garantizar la calidad que el país necesita.

Por estas razones, hemos decidido instalar una Unidad de trabajo denominada Futuro de la Educación Superior, cuyos objetivos son identificar y proponer nuevas políticas públicas que sustenten y proyecten el sistema en línea con los desafíos de desarrollo futuro del país, así como proponer ámbitos en los que las propias IES deberían innovar y/o ajustar, sin necesidad de nuevos marcos normativos.

Otear el futuro es siempre complejo y casi siempre muy dificultoso e incierto. Por ello, más que predecir lo que ocurrirá, faena prácticamente imposible, el trabajo será ponderar los grandes cambios que están ocurriendo a nivel global y que afectarán el devenir de las IES y, consecuentemente, a la institucionalidad de nuestro país. 

Como siempre, el procuraremos generar una reflexión amplia, pluralista y propositiva, enfocada al logro de propuestas concretas que contribuyan al mejoramiento de las políticas públicas.

Estas, sin duda, deben diseñar, implementar y ejecutar los objetivos de futuro que el país necesite para contar con una Educación Superior comprometida con el futuro de Chile y el bienestar de su población. 

Coautores: Juan Nagel, director Centro Innovación Docente ULA; Gonzalo Vargas, ex rector INACAP; José Venegas, académico U.S. S., Elisa Marchant, académica consultora AEQUALIS.

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