La investigación educativa, en particular, la que refiere a la Formación Inicial Docente ha puesto especial énfasis en la formación disciplinar de los jóvenes estudiantes de pedagogía, en matemáticas, ciencias, historia y ciencias sociales y lenguaje, siguiendo la lógica Simce, PSU, PAES o la propia Evaluación Nacional Diagnóstica para profesores/as. Esta última tiene absoluta relevancia para problematizar el tema de la reflexión docente, el rol intelectual de las nuevas generaciones docentes, entre otros tópicos.
A la luz de lo anterior, cabe la pregunta si hemos dejado espacio para pensar la formación docente desde otros paradigmas y saberes, sobre todo considerando las múltiples problemáticas que impactan lo educativo luego de una revuelta social y una pandemia.
¿Qué herramientas estamos entregando a los docentes jóvenes? ¿Cuáles son los referentes pedagógicos de las nuevas generaciones de profesores/as? ¿Por qué han ido en retirada la revisión de autores como Paulo Freire, María Montessori, Alexander Neill, Celestín Freinet, John Dewey o la propia Gabriela Mistral con su ímpetu político en educación? Las asignaturas pedagógicas dentro de los planes de estudios han ido perdiendo terreno, y así la balanza se inclina dejando de lado disciplinas como la sociología, la filosofía o la historia de la educación.
Algunas preguntas que surgen en este contexto formativo y de constante evaluación son: ¿Cómo transformarme en docente en el contexto actual si no tengo nociones de cómo se desplegó el sistema educativo global y local? ¿Cómo ser un buen lector de contexto si no tengo a mano los referentes pedagógicos necesarios para reflexionar y tomar mejores decisiones en torno a mi propia práctica? Les pedimos a los nuevos profesores que se formen en la reflexión, pero la verdad es que sus planes de estudio dejan de lado ámbitos fundamentales dentro de la pedagogía -que no es lo mismo que la educación- que podrían impactar en esta reflexión que ahora es medida y, por la cual, además, son recompensados.
Problemas de violencia en las escuelas, dificultades para construir relaciones de poder y autoridad entre adultos y niños/jóvenes, inconvenientes para re-pensar los espacios educativos en clave democrática e intergeneracional, ¿qué tienen para decir las casas de estudio y los/as formadores de profesores sobre esto?
El problema de la Formación Inicial Docente es más profundo todavía de lo que miramos desde los estándares, la rendición de cuentas o las pruebas que miden los conocimientos disciplinares -todas instancias valiosas y necesarias-.
Pareciera ser que la disputa ideológica del currículum también ha permeado la formación de profesores y profesoras, pero lo ha hecho sin considerar una historia de referentes, intelectuales y pensadores que en la lógica de continuidad y cambio siguen siendo un aporte vital para pensar no solo los sistemas educativos, sino que también las relaciones y la construcción misma de los procesos de enseñanza-aprendizaje.
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