La discusión se reinstala: Clases presenciales vs. educación online. También se reinstala la dinámica de hacer de este delicado tema una medición de fuerzas que excluye a los verdaderos protagonistas.
Si bien empatizo con el miedo de muchos para dar luz verde a la reapertura, ¿qué opinan los involucrados directos? El sondeo de la ONG World Vision señaló que el 61,8% de los escolares quiere volver a clases. Puede ser, finalmente, el momento de poner en ejercicio el tan bullado derecho de los niños, niñas y adolescentes a opinar, manifestarse y ser reconocidos como sujetos de derechos.
Es importante, como país darnos la oportunidad de confiar en que los escolares sí mantendrán las medidas de distanciamiento y seguridad que ordena la autoridad sanitaria cuando se levante la cuarentena en las distintas comunas de Chile.
¿Esperar a Fase 4, como proponen un grupo de parlamentarios? Eso suena a un lujo, en especial, si se tiene en vista a los menores más vulnerables.
El deterioro en la salud mental, el rezago en el aprendizaje y el daño en el desarrollo socioemocional de los niños a causa de la pandemia ya empieza a cuantificarse a través de evidencia. El Centro de Estudios Longitudinales de la Universidad Católica intentó medir el impacto causado en niños por la no asistencia al jardín el año 2020. Los resultados son preocupantes.
Los niños muestran rezago en casi todas las dimensiones evaluadas y están por debajo de los resultados de la misma batería de tests administrada a menores en años anteriores. Las áreas que más preocupan son lenguaje y vocabulario.
Esta necesidad de salir de la medición de fuerzas y poner el foco en los escolares también encontró eco a mediados de marzo en la defensora de la Niñez, Patricia Muñoz, quien empatizó con los menores que desean el retorno a las aulas. En su visita a La Moneda -mientras era flanqueada por el representante de la Unicef en Chile (organismo que informó que 3 de cada 5 niños/as que perdieron un año escolar en el mundo son de Latinoamérica)- habló de la mirada "adultocéntrica" en la discusión sobre la reapertura.
No sólo se trata de dar voz a los menores, preparar la pronta reapertura también apunta a nuestro compromiso para disminuir la brecha de oportunidades para esos niños.
Volver a clases no es un lujo. Darles un futuro no es un lujo, es nuestro deber.
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