A los 9 años perdió a su mamá cuando un conductor ebrio cruzó la pista detrás de una fonda. En un instante, su vida dio un giro drástico. Un hogar lleno de alegría se transformó en un lugar de dolor y ausencia. Lamentablemente su historia no es única. Cada año, decenas de personas pierden la vida durante las fiestas, y una parte significativa de esos casos involucra a conductores bajo los efectos del alcohol. Las celebraciones patrias también revelan un lado doloroso: el consumo excesivo de alcohol y sus consecuencias, especialmente para los niños y jóvenes.
En 2023, las Fiestas Patrias dejaron 25 fallecidos y 829 accidentes de tránsito. Se arrestaron a 393 personas por conducir ebrias y a 137 bajo la influencia del alcohol. En 2024, la situación fue aún más grave: 48 fallecidos, más de 1.200 accidentes y casi 300 detenidos por conducir en estado de ebriedad. Sin embargo, "uno de cada tres chilenos considera socialmente aceptable conducir bajo los efectos del alcohol". El alcohol no solo arrebata vidas en las calles, sino que también abre una peligrosa puerta en la adolescencia.
La evidencia muestra que, durante estas festividades, muchos niños prueban el alcohol por primera vez, lejos del cuidado de sus padres y en contextos donde el consumo está normalizado. Este primer contacto puede marcar un punto de quiebre en su trayectoria de vida, exponiéndolos a vulneraciones mayores como la deserción escolar, la vulnerabilidad ante delitos y problemas de salud mental. Consumir alcohol antes de los 15 años puede duplicar las posibilidades de desarrollar dependencia en la vida adulta.
Las Fiestas Patrias son un momento de encuentro, pero también deben ser un espacio de cuidado.
Para abordar esta situación de manera estructural, es fundamental adoptar una estrategia de prevención social basada en evidencia, es decir, sustentada en datos, centrada en la protección de derechos y articulada con los distintos niveles del Estado, la comunidad y la familia. Es necesario incluir contenidos sobre el impacto del alcohol en los currículos escolares desde la educación básica, no desde el castigo o el miedo, sino desde la promoción del autocuidado y la conciencia crítica.
Asimismo, para lograr efectos sostenibles en la conducta de los niños, es importante contar con programas de apoyo a la crianza para padres y cuidadores, como PMTO o Familias Unidas, cuya evidencia internacional es sólida. Es también importante regular de manera más estricta eventos públicos y fondas con foco en aumentar la fiscalización del expendio de alcohol a niños y adolescentes, procurando también zonas libres de alcohol o límites de horario para venta y consumo. Por último, medir el impacto de las políticas preventivas con indicadores claros y sistemáticos, ajustando las estrategias cada año con base en los resultados.
La protección de la niñez implica no validar conductas como la conducción bajo los efectos del alcohol, poner límites claros al consumo en el hogar y en los entornos, recordando sobre todo que la verdadera celebración está en compartir la vida, no en los excesos que causan daño irreparable.
Desde Facebook:
Guía de uso: Este es un espacio de libertad y por ello te pedimos aprovecharlo, para que tu opinión forme parte del debate público que día a día se da en la red. Esperamos que tus comentarios se den en un ánimo de sana convivencia y respeto, y nos reservamos el derecho de eliminar el contenido que consideremos no apropiado