La indiferencia global ante el liderazgo de Netanyahu, a 2 años del conflicto

Mientras la maquinaria electoral consume nuestra atención y cada parlamentaria y parlamentario se concentra en la próxima contienda, existe un aniversario macabro que no podemos silenciar: se cumplen dos años desde el inicio de la actual escalada bélica entre Israel y el pueblo palestino, una guerra que ha transformado a Gaza en un cementerio a cielo abierto y cuyo fin no parece asomar.

Es fácil que, inmersos en la burbuja de la política doméstica, estos crímenes de lesa humanidad se conviertan en meros titulares lejanos. Pero mi deber, y el de cada uno de nosotros, es romper el muro de la indiferencia. Por eso, aprovecho este espacio, esta tribuna, para inyectar una dosis de conciencia y visibilizar la terrible violencia y la catástrofe humanitaria que se vive en esa zona del mundo. El saldo es sencillamente escalofriante: miles y miles de vidas segadas, en su inmensa mayoría civiles inocentes, y una crisis que ha sumido a la Franja en un abismo de hambre y desesperación.

La tragedia cimentada en la despiadada política de Netanyahu

El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, no es un simple actor en este drama; es su arquitecto principal. Su gobierno ha impulsado una estrategia militar y política que muchos han calificado de despiadada. Bajo el pretexto de "destruir a Hamás", la respuesta militar israelí ha sido desproporcionada, indiscriminada en sus efectos y catastrófica en sus consecuencias para la población palestina.

La mano dura de Netanyahu no solo se ha manifestado en los bombardeos que han arrasado hospitales, escuelas y zonas residenciales. Se refleja en una política de ocupación y bloqueo sostenida en el tiempo, en la expansión de asentamientos ilegales y en la firme y tajante negativa a siquiera considerar la solución de los dos Estados que gran parte de la comunidad internacional apoya. Su retórica, que sistemáticamente descalifica cualquier intento de reconocimiento del Estado Palestino como una "decisión vergonzosa", revela una visión donde los gritos de paz se subordinan a la hegemonía militar y territorial.

Indiferencia cómplice y la urgencia de la sensibilización

A dos años de la brutal ofensiva desencadenada el 7 de octubre de 2023, que marcó un punto de no retorno en este conflicto histórico, al parecer el mundo se ha acostumbrado al horror. La guerra se ha extendido a otras regiones y las tensiones territoriales se agudizan. Mientras en Gaza se contabilizan más de 67.000 muertos (según reportes internacionales, con cifras registradas a principios de octubre de 2025, es decir, dos años después del inicio del conflicto) y una hambruna provocada por la falta de acceso a ayuda humanitaria, mientras las potencias occidentales titubean y el liderazgo de Netanyahu sigue adelante, desafiando a la Corte Penal Internacional y las resoluciones de la ONU.

¿Hasta cuándo seremos testigos mudos? ¿Hasta dónde permitiremos que una política de seguridad a ultranza, dirigida por este nefasto líder continúe generando una catástrofe humanitaria de tal magnitud?

Nuestra función, incluso en medio de una campaña electoral, debe ser la de alzar la voz. Debemos recordar a las víctimas -tanto israelíes como palestinas- y rechazar de forma categórica la brutalidad de la guerra. Es imperativo que ejerzamos presión diplomática para un alto el fuego permanente, la liberación de todos los rehenes y prisioneros ilegítimos, y la apertura inmediata de corredores humanitarios.

La historia nos juzgará por nuestra capacidad de empatía. Que este sombrío aniversario no sea un día más, sino un punto de inflexión para exigir un cambio real, lejos de la mano implacable y despiadada que ha gobernado la respuesta Israelí en estos dos años de luto incalculable. La paz no se construye con escombros ni con sangre, sino con justicia y humanidad, valores que hoy parecen estar dramáticamente ausentes en esa zona del planeta.

Desde Facebook:

Guía de uso: Este es un espacio de libertad y por ello te pedimos aprovecharlo, para que tu opinión forme parte del debate público que día a día se da en la red. Esperamos que tus comentarios se den en un ánimo de sana convivencia y respeto, y nos reservamos el derecho de eliminar el contenido que consideremos no apropiado