El 12 de diciembre finalizó la COP28, donde se estableció el magnifico acuerdo de "hacer la transición lejos de los combustibles fósiles en los sistemas energéticos, de manera justa, ordenada y equitativa, acelerando la acción en esta década crucial, con el fin de alcanzar la neutralidad de carbono en 2050 de acuerdo con las recomendaciones científicas"(1). Pese a que suena como un avance, es necesario tener en consideración el peso del acuerdo y la importancia de éste en su contexto global, no para detener, sino que para minimizar el impacto del calentamiento global en las actividades humanas(2).
El acuerdo busca generar la neutralidad de las emisiones de carbono de forma gradual, lo cual implica no reducir los niveles actuales, sino que al 2050 producir la misma cantidad de dióxido de carbono que la que se podría eliminar desde el medio ambiente. Esto es lamentable, dado que la problemática de incremento de temperaturas es ahora, y la inacción asociada al aumento del dióxido de carbono solo podrá agravar el problema. Aun peor, la política requiere de disminuir el dióxido de carbono presente en el ambiente, por lo cual se requieren artilugios con la capacidad de sacar desde la atmosfera grandes cantidades de dióxido de carbono, y lo que es positivo, la reforestación del planeta. Pese a este efecto buscado hipotéticamente puede ser positivo, la cantidad de remoción requerida y las predicciones del efecto en el equilibrio de gases del planeta de la remoción del dióxido de carbono, hacen que sea una propuesta con muchas complicaciones(3).
Otro punto a considerar de la COP radica en que esta reunión no es vinculante, por lo cual los acuerdos no tienen validez en el mundo real y deja en manos de la humanidad aplicar las medidas para salvar a la humanidad. Pero al parecer la humanidad no ha podido convencer a la humanidad, considerando que la primera COP se celebró en 1995 en Alemania, y desde esa fecha no ha habido cambios reales en la política mundial de generación de gases contaminantes(4). Una de las COP más conocidas, además de nuestra fallida COP25, corresponde a la COP21 en París, cuyos acuerdos entraron en vigor el 4 de noviembre de 2016, en lo que hoy se conoce como el Acuerdo de París. Éste buscaba limitar el calentamiento mundial a muy por debajo de 2 grados centígrados al 2050, lo que se generaría disminuyendo las emisiones de gases de efecto invernadero para lograr un planeta con clima neutro para mediados de siglo(4), situación que ya no fue lograda. En la actualidad ya se sabe que este efecto es imposible de lograr sin la eliminación entre otros del uso de combustibles fósiles, sin el compromiso de los países más contaminantes, o peor aún, si se mantiene el sistema económico capitalista mundial basado en el consumo(5).
Otro punto triste de esta COP28 fueron algunas declaraciones de su presidente, el ministro de economía de los Emiratos Árabes Unidos, Sultán Ahmed Al-Jaber. Las más controversiales incluyen aquella en la cual afirmo que ninguna ciencia pedía la finalización de los combustibles fósiles, o que terminar con el uso de los combustibles fósiles haría que la humanidad retrocediera a las cavernas(6). Si el mandamás de la COP28 emitió estas declaraciones, ¿podemos esperar algún cambio en las potencias mundiales?, o en último caso ¿ha existido alguna política desde el acuerdo de Paris a la fecha?
Al parecer la humanidad no quiere salvar a la humanidad. Por ejemplo, al 2022 la deforestación del principal pulmón verde del mundo, la selva del Amazonas, fue política de estado en Brasil por el ultraderechista Bolsonaro(7). En Estados Unidos, en la época de Trump, se volvió al uso de carbón(8), dando pie a tras a acuerdos que había suscrito el gigante del norte. Y de China, mejor ni hablar de su incrementada capacidad de contaminar el planeta(9). Nuestro país tampoco se salva del poco apego por la humanidad y el medio ambiente, y somos tristemente el principal basurero de ropa low-cost en el Desierto de Atacama(10). Otras medidas poco amables con el medio ambiente atentan directamente contra la población, como en el caso de la Región de Atacama, donde el actual senador Rafael Prohens vendió a las mineras sus derechos de agua, entregados por el Estado para el desarrollo agrícola.
Demás está decir que este derecho de uso de un bien de todos los chilenos se le había sido entregado gratis (nótese GRATIS)(11). Al parecer es una condición normal que ni empresarios ni políticos empresarios quieren salvar a toda la humanidad, pero, no es prerrogativa de esta especie de humanos, ya que, al otro lado de la balanza, la gente común pareciera tampoco querer hacerlo. Hace un par de semanas atrás se produjo un paro de los recolectores de basura en la comuna de Santiago, dejando al descubierto con la acumulación de basura que gran parte de los desechos pueden ser reciclados. Una situación similar se ve a diario en calle Exposición, un barrio comercial donde el cartón y otros elementos reciclables se confunden con la basura orgánica. Es decir, pudiendo ser reciclados, no existe la menor preocupación al respecto.
Mientras la COP28, pese a ser solo una declaración de buena fe, ponía en discusión el problema de la crisis climática, nuestro país vivía un mes más de su realismo mágico, donde la humanidad pugnaba contra la humanidad, plebiscitando una propuesta constitucional. Una propuesta tan mala, pero tan mala, que los glaciares y el permafrost pasaban a ser parte del inventario para el traspaso a privados. Una Constitución regresiva, que sería progresista y atingente solo si estuviésemos viviendo en el siglo 18. En este escenario, hasta la Constitución modificada del dictador muerto resultaba mejor que la propuesta.
Esperemos no retroceder en lo poco que se ha avanzado y dar más pasos para salvar al humano, y que las declaraciones como aquellas asociadas a las COP, sean más que buenas intenciones y que en base a voluntad, la humanidad logre salvar a la humanidad.
(1) El acuerdo de la COP28 señala el "principio del fin" de la era de los combustibles fósiles
(2) ¿Qué es el calentamiento global?
(3) La peligrosa moda de capturar carbono en lugar de reducir emisiones
(4) Conferencia de las Partes (COP)
(5) CO2, calentamiento global, océanos y crecimiento capitalista
(6) Quién es Sultan al Jaber, el controvertido magnate petrolero que preside la cumbre de la ONU contra el cambio climático
(7) La política económica de Bolsonaro en la Amazonía asfixia el pulmón del planeta
(8) Las fantasías climáticas de Donald Trump
(9) China bate un nuevo récord: ya emite más gases contaminantes que todos los países desarrollados juntos
(10) Atacama, el lugar donde van a morir las prendas de ropa 'lowcost'
(11) Investigación involucra a nuevo intendente de Atacama en lucro de US$4 millones al vender derechos de agua
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