Parecieran temas desconectados, pero de su conjunción depende la continuidad de la vida en la tierra. Sabemos que la acumulación de gases como CO2, N2O, metano, incluso vapor de agua y otros contribuye a impedir la irradiación de calor desde la tierra al exterior y así se aumenta el calentamiento global que ha traído desastres climáticos que estamos viendo.
La producción de CO2 depende de los seres vivos, de las empresas consumidoras de productos carbonados y de otras fuentes menores. La respiración de los seres vivos aeróbicos entre los que están los seres humanos -que son ya cerca de 8 mil millones- y todos los animales de crianza representan una fuente enorme de producción de CO2. El CO2 es absorbido en gran parte por los océanos y consumido anexo a la fotosíntesis por las algas y bacterias foto-sintetizadoras de los océanos, mares, lagos y lagunas y por las plantas foto-sintetizadoras de la tierra y el resto queda en la atmósfera. Se ha dado un equilibrio desde hace mucho tiempo, pero ahora desde hace unos 100 años este equilibrio está cada vez más amenazado de romperse.
Enfaticemos el papel de los océanos y masas de agua. Todo gas de la atmósfera se disuelve en las aguas y su absorción es mayor mientras menor sea la temperatura del agua antes de llegar a congelarse. Todos sabemos que para sacar el gas del agua la calentamos. La acumulación de los gases mencionados por el efecto invernadero calientan primero la atmósfera y luego la tierra y los océanos (masas de agua), por falta de radiación del calor al exterior. Pero esta no es la única fuente de calentamiento.
Todos los seres vivos calientan el ambiente que los rodea. La vida produce calor. Se agrega toda maquinaria que hace trabajo, todo vehículo que se mueve o mueve sus piezas. El segundo principio de la termodinámica es inexorable: todo trabajo (en sentido general) producirá energía que se disipará como calor. Así es que, aunque todas las empresas cambiaran su energía a energías limpias el calentamiento global seguiría aumentando y mientras más crecimiento fabril, minero o de otra actividad antrópica, y aumento de la población mundial humana y de animales el calentamiento global aumentará más y más.
Usted sabe que cualquier vehículo en movimiento calienta el medio ambiente, incluso cuando frena se calientan los neumáticos, el suelo, etc. Si se quiere detener el calentamiento global vamos a tener que pensar no solo en detener el crecimiento, sino que iniciar un decrecimiento. Uno de los problemas centrales es que las empresas capitalistas y especialmente las más grandes son las que más calientan el planeta y además las que más contaminan, aunque hacen esfuerzos para reemplazar sus energías y en eso hay una contribución moderada a una menor contaminación, pero es insuficiente dado que siguen contribuyendo al calentamiento global, aunque reemplacen todas sus energías sucias. Otra complicación es que estas empresas son incontrolables por las recomendaciones de los organismos nacionales e internacionales.
¿De dónde entonces la preocupación gravísima? De la capacidad de absorción de CO2 de los océanos que a medida que se calientan disminuyen esa capacidad y cambian también su acidez o alcalinidad modificando la capacidad de las algas y bacterias de fijar el CO2 atmosférico. Si esa capacidad disminuye algo más, ya la absorción de CO2 va a ser insuficiente para disminuir el efecto invernadero y al contrario va a empezar una contribución relativa de los océanos a calentar la atmósfera; este calentamiento va a disminuir más la absorción de CO2 por los océanos, y se va a genera un circulo reverberante de calentamiento global que no podrá detenerse hasta que las fuentes de emisión de CO2 bajen sustantivamente su producción o se descubra algo que nos saque del mal paso.
Si este círculo vicioso se instala no tenemos expectativas ya no a 30 o más años plazo, sino que a 3, 4 o 5 años. Como si fuera poco, también el calentamiento oceánico cambia los indicadores físico-químicos y bióticos de sus aguas con lo que se producirán más frecuentemente mareas, rojas, blancas y verdes además de mortandad de una parte de su masa biótica.
El mundo debe pensar frenar su crecimiento y convertirlo en desarrollo con la misma o menor producción de calor. El crecimiento y especialmente el capitalista no sólo calienta el medio ambiente gravemente, sino que aumenta la desigualdad, disminuye la democracia (no hay democracia al interior de una empresa capitalista), frena el desarrollo humano en las áreas que no son la producción capitalista e impide una verdadera autonomía de los individuos y de las sociedades.
El peligro es grande, si no tomamos medidas drásticas y urgentes estaremos, literalmente, fritos en pocos años.
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