Al pie del faro reina más oscuridad

Este 21 de mayo siguiendo nuestra tradición republicana el Presidente Sebastián Piñera rendirá una nueva cuenta pública de su gobierno. Curiosamente incluso antes que ello ocurra se han hecho públicos diversos balances en relación con el cumplimiento de las metas y proyectos definidos por el gobierno.

La disputa aparece centrada en cifras y porcentajes de cumplimientos en lugar de los resultados efectivamente alcanzados a esta fecha. Nada más lejano del propósito de reflexión que una oportunidad como ésta debiera significar.

Un antiguo proverbio japonés que resulta especialmente apropiado para la ocasión señala que "al pie del faro reina más oscuridad".

En efecto, un faro está llamado a iluminar lejos, para que la costa pueda ser advertida sin distinción por todos los navegantes en medio de la oscuridad de la noche. Tal es el caso de lo que debe ocurrir con un gobierno y su programa.

El gobierno está llamado a fijar directrices, crear estímulos y en general orientar al país hacia el logro mancomunado de objetivos. En términos coloquiales, el país debe atreverse a navegar con la tranquilidad que le da el faro que orienta desde la costa.

No obstante, en ocasiones, en la oscuridad de la noche hay quienes por diversas razones optan por quedarse en la orilla, y refugiarse cerca del faro. Ellos permanecen bajo el cono de oscuridad del faro. Ciertamente es poco lo que pueden ver, y al no navegar no avanzan, o se restan de quienes si se aventuran a navegar. Peor aún, el temor de la oscuridad que los envuelve los puede llevar a incitar a otros a que no naveguen y que permanezcan agazapados en la orilla.

Sin lugar a dudas la cuenta pública del 21 de Mayo permitirá no sólo constatar los avances del último año de gobierno, sino también fijar nuevos desafíos y prioridades. Estos logros y desafíos, más allá de la refriega política pequeña, permitirán iluminar la navegación de nuestro país en el año venidero.

A modo de ejemplo, no es una información menor la revelada días atrás con ocasión de la publicación de las cuentas nacionales correspondientes al primer trimestre de 2011 por parte del Banco Central. En ellas destacaba que durante el primer trimestre de 2011 el crecimiento del PIB con respecto a igual periodo del año anterior llegó a 9,8%. Se trata de la cifra más elevada desde 1992 para igual trimestre del año.

Del mismo modo, durante los primeros 12 meses de la administración del Presidente Sebastián Piñera el país ha crecido un 7,2%, cifra solo comparable a la alcanzada durante el Gobierno del Presidente Patricio Aylwin.

Por su parte, la inversión registró tasas de crecimiento históricas, creciendo un 19,3% durante el último año, lo que la ubica dentro de los dos mayores registros de las últimas 2 décadas.

Finalmente, como corolario de todo ello, se han creado 487 mil puestos de trabajo, de los cuales 262 mil corresponden a empleos asalariados, generalmente asociado a empleo de mejor calidad y formalidad, siendo la proporción de dicho tipo de empleo en la actualidad la mayor de los últimos 5 gobiernos.

A la luz de estos datos de crecimiento incontrovertibles, resulta oportuno hacer un llamado a quienes permanecen al pie del faro, a quienes quizás inadvertidamente se restan del trabajo unitario que Chile requiere, para que se sumen al mismo.

Como ha quedado en evidencia con los proyectos de la agenda social del gobierno y en especial con el proyecto de postnatal, hay que optar por no ponerse al píe del faro, sino permitirle a éste orientar con su luz.

Nuestra tarea como ciudadanos es emprender, navegar, en la certeza que la luz del faro nos orientara.

La democracia tiene la virtud que permite precisamente que alternen distintas visiones orientadoras, pero ello no puede implicar que si en ocasiones no compartimos plenamente alguna de esas visiones, nuestro temor a navegar pueda llevarnos a quedarnos bajo la sombra y cono de oscuridad del faro, impidiendo que este cumpla su función a cabalidad.

Con ello lesionamos los intereses de Chile y su gente.

Quienes miran el desempeño del país con distancia y objetividad claramente ven los contornos de la costa, claramente advierten como ilumina el faro y como se desarrolla nuestro país.

Quienes no quieren mirar, y solo se acercan al faro para intentar derribarlo o apagar su luz, quedan al pie del mismo sumergidos en la oscuridad.

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