Bote el Gini, no mide desigualdad absoluta y más engaña que informa
Un problema central para las constituciones o leyes, justicia, ética, moral, economía y existencia humana es la igualdad-desigualdad humana. Se evita en discusiones de economistas y políticos. Se debe a que, por creencias, ideologías o interpretaciones religiosas se considera insoluble o que debe aceptarse como tal. Nada más lejos de la realidad. Los estudios profundos y rigurosos de la naturaleza humana determinada por su genoma han resuelto la proporción de igualdad (similitud) y desigualdad (diferencia) nucleótido a nucleótido (bases de su ADN) de la especie Homo sapiens: dos individuos de la especie en sus segmentos de ADN codificantes de proteínas difieren en sus secuencias de mil nucleótidos, a lo más, en 2 y son iguales en 998.
Un Neandertal y un Sapiens (especies diferentes) difieren en 5 y son iguales en 995; un chimpancé y humano difieren en cerca de 10 y son iguales en 990, y con las moscas nos parecemos en 600 y somos distintos en 400. Los seres vivos son radicalmente más similares que distintos. En Chile hay personas que siendo 99,8% iguales a los otros seres humanos reciben ingresos que son 60.000 o más veces superiores al vital, que recibe cerca del 40% de los chilenos (sobre 6 millones). Esta diferencia súper extremista económica, de injusticia superlativa, irritante, infundada y generadora de violencia está acarreando uno de los sufrimientos mayores de toda la sociedad chilena. La Constitución del '80 (vigente) no sólo mantuvo esta desigualdad, sino que hace todo lo posible por aumentarla. No hay términos medios: la Constitución que se está preparando o incorpora artículos que terminen con la génesis de la desigualdad o colabora con su aumento.
La medición de la desigualdad en el ingreso se ha realizado por un indicador económico que es el Gini. Se basa en la distribución del ingreso según la distribución de la población en grupos. Muy utilizados son los estratos socioeconómicos o clases sociales. Estima la diferencia que hay entre una distribución real del ingreso según grupo y la distribución que se daría si todos los grupos recibieran un ingreso proporcional a su proporción en la población (todos los individuos recibieran igual ingreso). Si la distribución real es equitativa, el Gini sería 0,0, sino el Gini aumentaría hasta teóricamente llegar a 1,0 (equivale a que un individuo recibe todo el ingreso y el resto nada). El índice Gini expresa la proporción en porcentaje. En el mundo este porcentaje va entre 20% y 60%.
Hagamos un ejercicio (ya lo he hecho varias veces, pero ahora algo más variado) para entender desigualdad relativa y absoluta, indicación de la desigualdad por el Gini, explotación, índice de pobreza, crecimiento como factor aumentador de la desigualdad y modificaciones que surgen al crecer una economía. Tomemos a la población con dos estamentos: el empresarial que es un empresario y el trabajador que son 4 trabajadores. La empresa después de todos los gastos de insumos, mantención, etc., tiene de ganancia a repartir para ingresos personales $1.000.000 (un millón de pesos). Como el empresario es el que reparte la ganancia (poder asimétrico vertical, no democrático) para ingresos, entrega $100.000 a cada trabajador, es decir $400.000 a los 4 y él se asigna los $600.000 restantes. El cálculo del Gini estará basado en que cada trabajador -que es el 20% de la población- recibirá el 10% del ingreso y el empresario que también es el 20% de la población recibirá el 60%. Si calculamos la proporción (% del ingreso)/(% de la población) tenemos que cada trabajador recibe 0,5 cuando el empresario recibe 3,0 (6 veces más). El Gini 0,0 o justo se obtendría si cada individuo (trabajadores y empresario) recibiera 0,2 del ingreso es decir $200.000. El cálculo del Gini sale del marco de este artículo (estaría en el intervalo dado para los países, pero entre 0 y 1). Calculemos ahora la desigualdad medida por la diferencia absoluta en el ingreso: (empresario $600.000) – (trabajador $100.000) = (diferencia $500.000). Esta diferencia es proporcional a la explotación que es aquella parte de la ganancia que los empresarios dejan de distribuir entre los trabajadores y se la auto-asignan para ellos, y dará una ganancia mayor al empresario mientras más trabajadores contrate.
Supongamos que el índice de pobreza está en $150.000 y los trabajadores reclaman porque el empresario les da salarios misérrimos. El empresario acepta y realiza inversiones que hacen crecer las ganancias al doble. Al año siguiente, la ganancia es $2.000.000 y la repartición es proporcional al año anterior. El empresario (20% de la población) recibe $1.200.000 (60% de la ganancia) y cada trabajador (20% de la población) recibe $200.000 (10% de la ganancia). El Gini se conserva igual, aunque el crecimiento fue al doble. La diferencia absoluta ahora es $1.200.000 (empresario) - $200.000 (trabajador) = $1.000.000. La explotación y la diferencia en el ingreso aumentaron al doble, aunque el Gini quedó igual, y los trabajadores salieron de la miseria o pobreza.
Concluimos que 1) el crecimiento económico, en una sociedad desigual, es uno de los factores que más aumenta la desigualdad social, si es crecimiento capitalista, peor aún, y si neoliberal, pésimo; 2) la explotación del trabajador aumenta con el crecimiento; 3) el Gini no sólo no indica la desigualdad absoluta, sino que la esconde; 4) la superación de la pobreza puede hacerse aumentando la desigualdad social, el ingreso de los ricos crece mucho más que el de los pobres. Un mejor indicador de diferencia absoluta es la desviación típica en el primer año fue de $200.000 y en el segundo $400.000. Bote el Gini que va entre 0 y 1 o 100, los ricos al año pueden ganar más de U$100 millones, los pobres U$6.000.
Se dice que los 30 años de ¿democracia? fueron de bonanza; sí, para los ricos porque su enriquecimiento fue mucho mayor que el de los pobres. La desigualdad se fue a las nubes con la anuencia y colaboración de las izquierdas de todo tipo y con esta constitución. El Gini hasta disminuyó un poco. Jackson se quedó corto, porque además se destruyó al Estado de Chile, el único que puede garantizar una distribución equitativa.
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