Chile en una encrucijada socio-económica-cultural difícil: refundar o reformar

Carlos Valenzuela

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Se opina tanto de las votaciones, plebiscitos, elecciones y otros sin fundamentos. El plebiscito del 4 de septiembre, con 62% de Rechazo, se interpreta como un repudio a la Constitución de la Constituyente, también elegida por una amplia mayoría y con un plebiscito de entrada que dijo no a la Constitución del '80 (80%).

Lo único que está claro para el pueblo de Chile es que la Constitución del '80 está muerta y debe desaparecer lo antes posible; no solo por el plebiscito de entrada, sino por el estallido social, la manifestación popular con más de 2 millones de participantes, la elección de Boric con 55,9% de los votos y las cámaras de tortura que implican las jubilaciones, el Sename, la educación pública, la salud pública con sus listas de espera, falta de horas médicas -particularmente de especialistas-, los salarios miserables, la desigualdad socioeconómico-cultural, de vivienda, de acceso al poder, a la propiedad, existencia de barrios disgregados desiguales, entre muchas otras. No se puede sacar conclusiones pues no se votó artículo por artículo y pudiera ser que uno sólo explicara el rechazo. Creo que es la interrupción libre del embarazo, que pudo rechazar la mayoría de los católicos, protestantes y evangélicos que son más que 62%, aunque algunos aprobaron. Por otra parte, se votó obligado so pena de multa elevada. El amor, o la democracia por obligación, no es amor, ni democracia.

Es patético que este sufrimiento enorme del pueblo chileno aumentado por la pandemia, la sequía y la crisis económica, y que se mantiene desde el inicio de la dictadura cívico-militar pseudo-neoliberal no sea sentido por los políticos, que, si así fuera, no habría durado ni 10 años. Con qué cara se presentan a la ciudadanía diciendo en el colmo que hubo 30 años de bondad, de crecimiento, de prosperidad, de progreso. Eso es para la clase media-alta y alta, pero para los de clase media, media-baja, y baja (80% del pueblo) el sufrimiento de pobreza, de falta de acceso al poder (y por ende falta de democracia), a la buena atención en salud, buena educación, salarios, etc. no ha hecho sino que empeorar (Jackson se quedó corto).

Hablan de crecimiento, pero se olvidan que el crecimiento es uno de los factores que más aumenta la desigualdad, y el crecimiento capitalista peor aún y si es neoliberal llegamos al nivel pésimo. En Chile hay 140 personas que acceden al 18% de la riqueza patrimonial, lo que implica que acceden a 22.000 veces más que cada uno de los chilenos. Hay personas que tienen más de 100 mil hectáreas, cuando 12 o más millones de chilenos no tienen ni una. Si no cree esto haga un ejercicio simple. Repetiré el ejemplo. Es una empresa con un trabajador y un empresario. La ganancia a repartir en salarios es 1 millón de pesos. Él que es el patrón reparte $900.000 para él y $100.000 para el trabajador, gana 9 veces más. Importa la diferencia absoluta que es $800.000. El índice de pobreza es $150.000. El trabajador reclama que está bajo ese índice. El patrón dice el próximo año trabajaremos más y superaremos ese índice (él lo superó hace rato y no es consciente de esta desigualdad injusta, de la que tiene responsabilidad). Al año siguiente la producción aumenta al doble. Gana la empresa 2 millones y el patrón reparte igual proporcionalmente: $200.000 para el trabajador y 1 millón ochocientos mil para él ($1,800.000). Las proporciones se mantienen, el patrón gana 9 veces más que el trabajador, pero la desigualdad absoluta ya no es $800.000 sino $1.600.000, es decir, el doble. El trabajador salió del índice de pobreza, pero lo que el patrón no reparte con el trabajador (explotación) aumentó al doble. El tan mentado Gini es igual en ambas empresas: el 50% más pobre recibe el 10% y el otro 50% más rico recibe el 90% de la ganancia; bote el Gini, no mide diferencia absoluta. Este es un empresario considerado, muchos van a pagar menos de $200.000 y pueden llegar a $151.000 para evitar que se diga que el trabajador no superó el índice de pobreza.

Reforma o refundación son meras palabras. Se trata de plantear los objetivos políticos, éticos, y últimos que se quiere en procesos reales, que son los que hacen gozar o sufrir al pueblo. Si quiere realmente terminar con la inequidad, injusticia y desigualdad no le queda otra cosa que abandonar el capitalismo y el neoliberalismo (¿refundación?). Si quiere mantener la desigualdad o reducir su crecimiento puede aumentar el impuesto a los más ricos (¿reforma?) y se seguirá la injusticia. No hay términos medios. Una variable (injusticia, desigualdad) o crece o queda igual, o disminuye tres posibilidades disjuntas y tiene que optar por una sola. El capitalismo con su verticalismo tiene o genera desigualdades: 1) El empresario es el dueño de los medios de producción, el trabajador no tiene nada; desigualdad cualitativa insuperable. 2) El empresario tiene el poder de decisión en las cosas fundamentales del ser y quehacer de la empresa; gobierna sin contrapeso por lo que, 3) El capitalismo no es un régimen democrático, al contrario, es autoritario y muchas veces fascista, los trabajadores no eligen a los empresarios. 4) Salvo raras excepciones el capitalismo no permite el desarrollo integral de los trabajadores; se ha perdido una gran cantidad de artistas, intelectuales, deportistas, profesionales, académicos por la imposibilidad de seguir la formación debido a las condiciones de vida y salarios en la empresa capitalista. 5) De lo anterior se colige que un país donde la producción es principalmente capitalista no puede ser democrático, porque la empresa capitalista educa en autoritarismo, o mando o sumisión. 6) La desigualdad entre el ingreso del capitalista y los trabajadores es abismal, aunque menor en la pequeña y mediana empresa. El cambio en los impuestos no le hace cosquillas a este sistema, se plantea aumentar en 5% el impuesto a los ricos; en vez de ganar 20.000 vitales que ganen 19.900 ridículo y hasta burlesco hacia el pobre. Si realmente quiere ir hacia la equidad genómica tiene que plantear un cambio del sistema no solo en Chile sino mundial.

Se dice abuenémonos, dialoguemos, pero yo sigo sacando 20.000 veces más que usted de la riqueza que producimos todos, estoy instalado en los santuarios mapuches, he destruido el bosque nativo, contribuyo mucho al calentamiento global, pero conversemos de otras cosas en donde podremos estar de acuerdo. Es irritante y violentamente cruel (ahora Llaitul, no por su violencia, por lo que plantea se queda corto).