Cuando el interés de Chile está primero...

En el mes de abril del año 1986, luego de años de acción política y social en contra de la Dictadura, dirigentes políticos y gremiales motivados por los esfuerzos realizados en la conformación del llamado “Acuerdo Nacional” y la posterior generación de la Alianza Democrática, -cuyo impulsor e inspirador fue Gabriel Valdés desde la Presidencia del PDC-, se dieron a la tarea de generar un referente que representara a la Sociedad Civil.

La idea era generar una instancia de movilización y convergencia entre la dirigencia política y las organizaciones sociales y gremiales.

Nace así la Asamblea de la Civilidad liderada por dirigentes que nos desempeñábamos en los Colegios Profesionales.

La presidencia la asumió el Dr. Juan Luis González (q.e.p.d.), médico DC que validó su liderazgo por la coherencia demostrada entre su pensamiento y acción.

En la Asamblea de la Civilidad estaban representadas las exigencias sociales, económicas y políticas de los diversos sectores sindicales, profesionales y de las organizaciones gremiales. Sus demandas se expresaron en el histórico documento “La Demanda de Chile”.

La Asamblea de la Civilidad constituyó un referente amplio que muy pronto generó un sólido compromiso de unidad de la oposición al régimen de Pinochet.

Quizás fue en este año donde afloró con mayor nitidez el talante, capacidad y condiciones políticas de Gabriel Valdés.

El condujo a la oposición política hacia la búsqueda de una salida pacífica de la dictadura a la democracia.

Su capacidad para generar acuerdos y su visón del destino de Chile, permitieron que incluso la Iglesia se involucrará en la búsqueda de mayor apertura del Gobierno militar. El Acuerdo Nacional incorporó incluso a sectores de derecha y fue un paso decisivo en la incipiente transición a la democracia.

Hoy, cuando mucho rinden homenaje a su trayectoria política, a su integridad moral, a su capacidad de diálogo y de mirada “de país”, nosotros recordamos a Gabriel Valdés como el dirigente que supo incorporar a todos los sectores en la búsqueda de los mejores destinos para Chile.

Hoy, cuando nuevamente el país enfrenta un proceso de multiplicidad de demandas sociales y políticas, cuando el Movimiento Estudiantil ha alcanzado importante apoyo ciudadano a sus legítimas demandas, que contrasta con la sistemática desaprobación del Gobierno y del Presidente de la República, nos atrevemos a llamar a la conformación de una Nueva Asamblea de la Civilidad.

En la que confluyan las Organizaciones Gremiales, los Colegios Profesionales, los Sindicatos, los Estudiantes y la sociedad civil organizada, que en conjunto con los parlamentarios y dirigentes políticos inicien el tránsito de Chile hacia una Sociedad Más Justa y Equitativa, en la que no haya cabida al Abuso, a la discriminación, a la desigualdad, en la que el Estado asuma su Rol de Fiscalización, de regulación, de garante del Bien Común.

El mejor Homenaje que podemos hacer a Gabriel Valdés es en esta línea, asumir en plenitud su legado y aquellos que tuvieron elogiosas palabras a su Vida y conducta política, a su trayectoria como hombre público y de servicio al país, que actúen en consecuencia y se sumen a esta nueva cruzada por el Bien Común, a esta “Demanda de Chile”, por la Justicia Social, por el bienestar de las mayorías y por la construcción de un Chile más libre, justo, solidario y participativo, desafíos que deberá asumir esta Nueva Asamblea de la Civilidad.

Creemos éste es nuestro mejor recuerdo y sentido homenaje a Gabriel Valdés Subercaseaux.

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