Un sistema de inteligencia es una red compuesta por organizaciones y sus relaciones entre ellas, con la finalidad de producir conocimiento de valor para el proceso de toma de decisiones de la autoridad(1).
Una vez que el conductor político nacional define los objetivos para el país, la apreciación de los riesgos y amenazas sobre esos objetivos será la herramienta técnica que priorice los esfuerzos de búsqueda y procesamiento de información de modo de preparar al Estado, con anticipación y la debida oportunidad, para adoptar todas las acciones necesarias para velas por la seguridad e integridad de la nación.
Lo anterior, corresponde a la teoría.
En el caso de Chile, la ley 19.974 creó la Agencia nacional de Inteligencia (ANI), publicada en el Diario Oficial el 2 de octubre del 2004, y en su artículo 4, inciso primero, dispone: "El Sistema de Inteligencia del Estado, en adelante el Sistema, es el conjunto de organismos de inteligencia, independientes entre sí, funcionalmente coordinados, que dirigen y ejecutan actividades específicas de inteligencia y contrainteligencia, para asesorar al Presidente de la República y a los diversos niveles superiores de conducción del Estado, con el objetivo de proteger la soberanía nacional y preservar el orden constitucional, y que, además, formulan apreciaciones de inteligencia útiles para la consecución de los objetivos nacionales".
Derivado del paso de los años y por la necesidad evidente de una reformulación de las funciones y objetivos de la ANI, el año 2018 se propuso un proyecto de ley que fortalecía y modernizaba el Sistema de Inteligencia del Estado (Boletín Nº 12.234-02), el cual se encuentra en trámite constitucional, en la Comisión de Defensa de la Cámara de Diputados.
Por otra parte del mundo, en el Reino de España, existe el Centro Nacional de Inteligencia (CNI), organismo público responsable de facilitar al presidente del gobierno y al gobierno de la nación las informaciones, análisis, estudios o propuestas que permitan prevenir y evitar cualquier peligro, amenaza o agresión contra la independencia o la integridad territorial de España, los intereses nacionales y la estabilidad del Estado de derecho y sus instituciones. Mayor información, ver enlace: https://www.cni.es/sobre-el-cni
Por lo tanto, Chile y el Reino de España disponen de dos instituciones cuyo propósito es similar, aunque los medios tanto humanos como materiales son completamente dispares. Se suma a ello, el reconocimiento ciudadano respectivo.
En tal sentido, por ejemplo, una encuesta realizada por la empresa Sigma 2 a inicios de 2024, respecto a la valoración de las instituciones en España y publicada por diario El Mundo, mostró en esa oportunidad que el CNI es la institución mejor evaluada por los españoles, con una nota 5,8 de un máximo de 10. Le siguieron su ayuntamiento con 5,2; Banco de España con 5,1 y la corona con 5,0.
Otra encuesta española mostró al Ejército, a la Guardia Civil, a la Policía Nacional y a la monarquía, con las mayores valoraciones por parte de la ciudadanía.
En Chile, una encuesta Cadem publicada en enero señaló que Bomberos fue la institución con mayor valoración, con 98% de aprobación, seguida de la PDI con 84%; Carabineros con 81% y la Armada con 77%.
Por lo expuesto, me pregunto el por qué la Agencia Nacional de Inteligencia (ANI) no figura ni aparece en las encuestas chilenas, al contrario de su par española (positiva o negativamente). Lo anterior se deberá a un desconocimiento de la población sobre su existencia o quehacer u otra cosa. Será materia para otro análisis.
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