Se inicia un nuevo periodo presidencial bajo el mandato de Gabriel Boric, quien luego de una reñida elección se ha alzado con el triunfo en el balotaje. Al iniciar este nuevo mandato y conocido el nombramiento de su gabinete, los que estudiamos las temáticas urbanas hacemos el natural y siempre optimista ejercicio de pensar qué desearíamos pedir a las nuevas autoridades, en especial considerando las urgencias que la ciudad vive en un contexto de calentamiento global y la emergencia del Covid.
Desde la perspectiva de gobernanza nos parece importante recalcar la necesidad de generar las bases de una autoridad amplia que cubra toda el "gran Santiago" y que permita la toma de decisiones globales más allá de los arbitrarios límites comunales. En muchas situaciones hay barrios que están divididos en dos comunas, y en los cuales no es fácil tomar decisiones conjuntas. El denominado "alcalde mayor" parece ser necesario, figura que podría ser equiparada a los recientemente estrenados gobernadores, pero sabemos no tienen todas las atribuciones, la autonomía ni los recursos para esa tarea. Su instalación no ha estado exenta de dificultades que impiden que se alcen como verdaderos gestores de amplios territorios.
Asimismo, y en la misma línea de la gobernanza sin duda una de las urgencias de la ciudadanía está en el tema de la delincuencia y la inseguridad que se percibe en las calles. Bajo la óptica de las ciudades inteligentes, el uso de la tecnología es fundamental para poner al servicio de la ciudadanía la información que nos entregan los múltiples sensores que pueden instalarse o bien ya están instalados. El desafío va más allá que la mera instalación de cámaras de seguridad que, aunque necesarias no bastan sin una gestión inteligente. Se deben generar los modelos necesarios que permitan la focalización de recursos, la delimitación de zonas e incluso la predicción de los delitos por ocurrir. Los nuevos ministros y ministras deben generar las bases para usar la multi sensorización existente para la generación de información compartida.
Hoy existen sistemas paralelos en diferentes comunas que por supuesto muchas veces están ligados a los recursos comunales. Así podemos ver que las comunas con muchos recursos poseen sofisticados sistemas de seguridad comunal, pero no necesariamente esas comunas son aquellas que más lo necesitan.
En esta misma línea, no es posible descuidar la permanente actualización de los sistemas de alertas ante catástrofes naturales, dotando no sólo a la Onemi de las herramientas necesarias, sino que a las entidades académicas que permitan el estudio de la gestión de las emergencias desde un punto de vista natural, pero también comportamental. El reciente evento volcánico de la isla de Tonga demostró que la conducta de los chilenos y chilenas ante las catástrofes es en general buena, respondiendo de manera rápida a masivas evacuaciones. Pero esto lejos de relajarnos debe incentivar a las autoridades a seguir desarrollando tecnologías y generando conocimientos que amplíen nuestra reconocida capacidad y experiencia ante los frecuentes desastres naturales.
En el plano de la economía inteligente, las nuevas autoridades deben fomentar la generación de la economía digital en una amplia gama de bienes y servicios sociales. Un gobierno digital, con todos sus servicios en línea y disponibles en amigables apps de IOS o Android es el ideal cuando lo que buscamos en la disminución de las filas físicas, la rapidez de las tramitaciones, de las compras y la ausencia de aglomeraciones a propósito del Covid. En el mismo plano, se hace urgente que desde las diferentes carteras de gobierno que sean pertinentes se impulse las modificaciones legales tanto en el ámbito privado como en el ámbito público (en el Código del Trabajo como en el Estatuto Administrativo) para la instalación permanente del teletrabajo considerando que esa modalidad laboral no solo nos ayuda en esta emergencia sanitaria, sino es posible presumir el impacto que tiene sobre la disminución en la congestión vehicular, la contaminación ambiental, la calidad de vida familiar y los costos en combustibles.
El fenómeno del teletrabajo era una realidad que se podía vislumbrar a corto plazo en el mundo, pero que por efecto de las necesidades de aislamiento propio de la emergencia del Covid se aceleró de manera exponencial. El nuevo gobierno y sus nuevos y nuevas ministros deben agilizar las medidas tendientes que permitan que esta nueva realidad se regule de manera permanente.
En el plano de la infraestructura digital hay temas pendientes como por ejemplo la brecha digital que se produce entre las comunas, que produce una desigualdad urbana entre los habitantes. Hay que trabajar entre los distintos ministerios para dotar de fibra óptica y mejorar la conectividad inalámbrica, ya que no puede ser que las comunas del sector sur del gran Santiago tengan niveles de cobertura digital cercanas al 30%.
Un nuevo gobierno debe asumir las nuevas realidades. Si hay un diagnóstico compartido es que la realidad que vivimos en la actualidad es muy diferente de hace solo 4 años. El fenómeno de la pandemia ha traído cambios sustanciales en el modo de vivir en el mundo entero. Por ello las nuevas autoridades deben asumir los nuevos desafíos transformando la crisis en una gran oportunidad de avanzar en la senda de las ciudades inteligentes.
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