Estado, capitalismo y liberalismo en Chile

Es curioso y contradictorio que, aunque la Constitución vigente no mencione al Estado subsidiario, esta ideología del liberalismo y más del neoliberalismo sea la que domina en Chile. Más curioso es que el liberalismo, neoliberalismo y capitalismo no sean vistos como ideologías o incluso religiones con matices fundamentalistas o fanáticos. En sus dos o más centenares de miles de años de evolución la sociedad humana ha tenido y tiene decenas de modos y relaciones sociales de producción y varias más exitosas y productoras y de mayor desarrollo integral del ser humano.

¿Por qué el desarrollo capitalista y más intensamente el neoliberal ha predominado? La respuesta es sencilla, porque optimiza la producción de mercancías y capitales como nunca antes se había visto; ya lo dice Karl Marx (lo que recuerdo que no es literal), el capitalismo trae bienestar, desarrollo técnico y económico, riqueza, prosperidad, pero al costo de aumentar la desigualdad socioeconómica, la explotación y -agregaría yo- la desigualdad en el poder, la carencia de democracia, la desintegración social, la destrucción del medio ambiente, la aceleración del calentamiento global, la liquidación de la autonomía de las personas en muchos de sus campos psicosociales, la paralización del desarrollo integral de las personas, la proletarización de la clase media y de los profesionales liberales, la extinción del Estado y la crisis de la familia. Es un encarcelamiento de la sociedad.

Chile tenía Estado al momento del Golpe Cívico-Militar. La administración de salud, de educación, de viviendas, el desarrollo minero y muchos otros rubros eran garantizados por el Estado. Hay que aclarar que se entiende por Estado en una República. Los partidos políticos y en general en Chile se trata al Estado por sus adjetivos: subsidiario o social democrático de derecho, pero el sustantivo Estado no aparece por ninguna parte. Estado es el pueblo y su organización que desarrolla el bien común, el bienestar, la riqueza y garantiza la distribución de todos estos bienes equitativamente.

Entonces, es claro que el Estado somos todos, porque todos trabajamos para producir el bien común y la riqueza en Chile, todos contribuimos al bienestar (en general), al desarrollo, todos somos los poseedores de la tierra, el agua, el ecosistema, del país y de su riqueza, que se distribuye equitativamente en principio (aunque no es así porque está mediada por concesiones privilegiadas a unos pocos y eso debería cambiar drásticamente en la nueva constitución); todos pagamos impuestos, todos estamos sujetos a las mismas leyes, etc., etc., etc.

Lo que presento es una irrealidad que contrasta con lo que sucede en Chile. A qué se debe la diferencia. Las distintas ideologías o sistemas valóricos factuales de los chilenos están basados en la creencia de que las desigualdades son intrínsecas al ser humano. Pero no son las desigualdades que todos vemos y son palmarias, como el sexo, los caracteres bióticos, las habilidades, destrezas, facultades psíquicas, sino las desigualdades que se suponen acreedoras de premios o concesiones de ingresos desiguales, poder desigual, propiedad y patrimonio desigual.

Tomemos por ejemplo el ingreso, nadie ha demostrado que a diferente ocupación debe haber diferente ingreso y nadie lo va a demostrar nunca si acepta que las personas son igualmente dignas y que sus trabajos son también igualmente dignos. Se habla entonces que el menos válido laboral debe ganar menos, pero si está trabajando ocupando sus facultades limitadas al máximo está cumpliendo al igual que otro, aunque su producción es menor; se lo considera de inferior condición productiva porque le produce menos mercancías al empresario y entonces debe quedar cesante si otros lo pueden reemplazar y dar más ganancias al patrón. Eso sucede en el capitalismo o regímenes productivos verticales, no en los regímenes productivos solidarios, fraternos, cooperativos.

El que a igualdad de condiciones trabaja menos debe recibir menos y proporcional a lo que trabaja o aporta (hay discusión al respecto). La jubilación existe porque en el capitalismo los ancianos no compiten con los jóvenes que recibiendo menos le producen más al patrón y son consideramos más útiles para él. En regímenes solidarios la jubilación no existe, es absurdo pagar menos a las mujeres por el mismo trabajo que el de los varones.

El Estado de Chile tuvo en educación y salud organizaciones estatales de primer lugar en el mundo. Tomemos salud. Tras mucho trabajo y debate entre tendencias como la de los radicales, de miembros de la derecha (entre ellos Eduardo Cruz-Coke) y de la izquierda presidida por Salvador Allende y con estudio de modelos europeos, se adoptó un modelo de salud como el de Inglaterra, pero con algunas adaptaciones a Chile y esto coincidió más con el modelo de los radicales a los que se sumó en las últimas discusiones la Falange Nacional (ya casi transformada en la Democracia Cristiana).

El modelo de Allende incorporaba una participación sustantiva del mundo trabajador. El Servicio Nacional de Salud se inaugura en 1952 y recoge organizaciones de salud, sociales y solidarias como la Beneficencia Pública, la Gota de Leche, el Seguro Obrero, el Servicio Nacional de Salubridad y otros entre los cuales el Instituto Bacteriológico de Chile. El SNS por su acción continuada al disolverse (año 1979) y transformarse en los servicios regionales y municipales de salud, hasta el año 1985 es el principal responsable de que Chile superara la salud de país miserable y llegara a tener una salud comparable con los países europeos, EE.UU. y Canadá. Los hospitales del SNS competían con cualquiera de esos países.

La estructura de la morbilidad (enfermedades) y la estructura de la mortalidad, especialmente la infantil, tuvieron mejores índices que todos los países latinoamericanos y a la par con Cuba. El SNS era un organismo de Estado y no de Gobierno, que atendía el 95% de todas las acciones médicas del país. Todo lo que hace la Teletón lo hacía el SNS (conservando la diferencia en el tiempo). La dictadura cívico-militar se ensañó con el SNS y lo destruyó sistemáticamente para instalar la salud comercial y mercantil carísima que estamos viendo ahora. Los gobiernos dichos democráticos no han sido capaces de recuperar una acción en salud similar a la del SNS ni recuperar su estatalidad.

Desde Facebook:

Guía de uso: Este es un espacio de libertad y por ello te pedimos aprovecharlo, para que tu opinión forme parte del debate público que día a día se da en la red. Esperamos que tus comentarios se den en un ánimo de sana convivencia y respeto, y nos reservamos el derecho de eliminar el contenido que consideremos no apropiado