Mil millones en juego: ¿Apuesta por la seguridad o error de la administración Luksic?

¿Han visto las vecinas y vecinos de Huechuraba un cambio proporcional a los mil millones de pesos que su municipio comprometió en seguridad? Esa es la pregunta de fondo tras una decisión que, más que firme, parece improvisada. Es legítimo preguntarse por qué el gobierno comunal optó por integrarse a la Asociación de Municipalidades para la Seguridad Ciudadana de la Zona Oriente (AMSZO).

Más preocupante aún es la ausencia total de respaldo técnico para justificar esta decisión. No hay evidencia de una evaluación ex ante, ni estudios de impacto, ni menos aún participación ciudadana. Con esa misma cantidad de recursos, se podrían haber iluminado sectores inseguros, revitalizado plazas, recuperado ejes urbanos olvidados o implementado medidas de seguridad con alto impacto barrial. Todo con participación directa de la comunidad y efectos visibles para la vida cotidiana.

Desde la alcaldía se han mencionado patrullajes, cámaras y nuevas contrataciones como logros del ingreso a la AMSZO. Pero muchas de esas acciones ya estaban en ejecución antes del acuerdo. Peor aún, los datos del sistema STOP de Carabineros no muestran una baja significativa en los delitos de mayor connotación social. Entonces, ¿en qué se fundamenta esta inversión millonaria? Si no hay resultados ni diagnósticos, y sí antecedentes de mal uso de fondos, la conclusión es clara: no estamos ante una decisión técnica, sino ante una decisión política.

La seguridad es una prioridad, pero eso no la convierte en excusa para adoptar medidas simbólicas o decisiones precipitadas. Se requiere planificación, transparencia y gestión responsable. En este caso, Huechuraba ha optado por asociarse a una entidad desprestigiada, sin garantías de que esta inversión millonaria tendrá algún impacto real en la calidad de vida de su gente.

Invertir sin control no es gestionar seguridad: es jugar a ciegas con los recursos de todos. Y cuando se gobierna, especialmente en materias tan sensibles como la seguridad, no se puede actuar por conveniencia ni cálculo político. Las y los vecinos de Huechuraba merecen una explicación clara y un pronunciamiento responsable sobre esta decisión. Porque gobernar no es gastar a ojos cerrados: es cuidar lo común con visión, justicia y sentido de propósito.

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