No hay primera sin segunda

Nuestro país exhibe cuatro momentos electorales con “segundas vueltas”.En la del año ’99 Lagos ganó con 3,6 millones de votos, luego el año 2005 Bachelet gana con 3,7 millones de votos. Ante la dispersión que presentó la Concertación el año 2009, Piñera gana con 3,5 millones de votos.

Este último resultado, se genera como producto de las divisiones programáticas del año 2009, al interior de la Concertación y que debilitaron o agotaron al electorado, favoreciendo que más de un 25% de ellos, optaran por candidaturas alternativas.

El aprendizaje y dignidad de la derrota vivida, permitieron reordenar las fuerzas políticas en un nuevo proyecto, para aumentar el capital político y valórico fundado en una nueva generación de representantes y en un nuevo cuerpo ideológico que adscribe a los principios de la “buena política”, que buscan encarnar las demandas ciudadanas expresadas con fuerza, en estos 4 años de gobierno con poca excelencia y con un promedio de evaluación ciudadana, que alcanzó solo, los 39 puntos porcentuales.

Los primeros indicios, que la tarea de reconstrucción del capital político Concertacionista estaba siendo aprendida, fue el año 2012.

La Concertación obtiene 167 alcaldes y 1.168 concejales. Ganando a la Derecha en votos y electos.Pero además evidenciado en el éxito alcanzado, al llegar al sillón edilicio, de comunas catalogadas como “emblemáticas”.

Un segundo momento de aprendizaje fue la convocatoria y resultados obtenidos en las Primarias del 2013. Asistieron libremente a votar más de 2,1 millones de electores por el Pacto Nueva Mayoría, casi 3 veces la convocatoria de la Derecha. El resultado, fue respetado, mantenido y valorado por todos los candidatos del Nuevo Pacto.

Para mayor ahondamiento, en el concepto de aprendizaje electoral, los resultados de la reciente elección 2013, dejan a la Nueva Mayoría con 21 Senadores, 68 Diputados y 153 Consejeros Regionales, evidenciando –sin contrapesos- que los electores respaldaron mayoritariamente al pacto, en escaños y votos.

Pasar a segunda vuelta, en el ámbito presidencial como primera opción y con una distancia porcentual de 20 puntos –entre las principales candidaturas- ya evidenciaba el resultado final. Al punto, que se mantiene la regla electoral: “gana en segunda vuelta, quien en primera vuelta, tiene más votos”.

Se ha ganado con respeto, con transparencia, con el respaldo de la ciudadanía.Los 3,5 millones de votos obtenidos por Michel Bachelet en segunda vuelta, muestran que los electores mantienen el respaldo, expresado en las anteriores elecciones.Pero además manifiesta al actual gobierno, y sus representantes, que en su forma de administrar el estado, la excelencia no existió.

No obstante, la participación electoral se transformó en el invitado ausente, queda entonces como una nueva tarea política para el gobierno que se instalará en los próximos meses y para los representantes ciudadanos en el Congreso.

El voto voluntario no logra la concurrencia esperada, se requiere entonces de incentivos sociales que faciliten la participación, en todos los rincones de la patria por igual, pues la sola expresión de voluntariedad, no se logra por ley.

Por otro lado, un cambio, que signifique pasar de la voluntariedad a la obligatoriedad, es pasar de la libertad al castigo; los electores se resentirán y la evidencia será el desinterés.

Resultará mejor incentivar, hacerlos parte, incluir a la ciudadanía, más allá de las elecciones formales, en decisiones que solo el nuevo gobierno podría incluirlos, y además en mejorar la institucionalidad electoral de nuestro país.

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