Prueba de fuego para ministro Arenas

Aunque no precisamente en el Congreso, ya ha comenzado el público debate por la fijación del ingreso mínimo, situando al ministro de Hacienda en la encrucijada de cautelar las señales públicas de prudencia, con las lógicas y razonables expectativas de los trabajadores de lograr los ansiados $ 250.000 mensuales.

Chile es uno de los países con más altos niveles de desigualdad.Al menos si nos comparamos con las naciones que forman parte de la OCDE, quedamos bastante al debe y mal parados.Para nadie es una sorpresa, pero ello no quita que perdamos la capacidad de asombro.

Es una tarea no sólo pendiente, sino que debe ser una motivación diaria, especialmente para quienes algo podemos hacer desde la esfera pública.Por eso, imposible callar, menos aún cuando nos encontramos en un momento donde miles de trabajadores, los más vulnerables, esperan una señal al respecto. Las brechas son enormes y no basta con palabras y frases de buena crianza para acallar la justa y legítima frustración de muchos.

Por eso, junto con hacer el mayor esfuerzo posible, y este mensaje va directo para el Ministro Arenas, ha llegado el momento de atreverse a tener una legislación más permanente al respecto, que permita una estructura plurianual, para que anualmente sólo se ajusten automáticamente parámetros ocasionales por efectos de distorsiones económicas graves.Así evitaremos el debate anual y los " gallitos " coyunturales que no tiene sentido.

Sin embargo, como es tradicional, ya estamos escuchando a los tecnócratas de siempre, a los teóricos, que repiten lo mismo de siempre. A quienes sólo importan los métodos, las técnicas, las herramientas, la inversión y las utilidades de las empresas, pero nada dicen sobre un aspecto primordial del análisis, que no puede dejarse de lado, que es la mirada redistributiva, aquélla que efectivamente nos puede ayudar a disminuir las vergonzosas desigualdades.

Esperamos que el Ministro Arenas se la juegue por algo diferente, una estructura legal básica permanente y que además recoja las diferencias regionales que demuestran los estudios vigentes. Sí, porque los costos de vida son bastante distintos a lo largo de Chile.

Se puede Ministro, si usted encabeza esta decisión todo será más expedito, porque estoy seguro que compartirá que si bien el salario mínimo es sólo una de las herramientas de política pública útil para mejorar la condición de vida de los trabajadores, es una de las más importantes y que genera mayor expectativa en los sectores más desposeídos.

Esa es la propuesta, una legislación permanente al respecto, con creatividad y respaldo social que permita estabilidad a largo plazo y también un salario mínimo adecuado. Me parece que la oposición política a nuestro gobierno debiese respaldar un proyecto de esta naturaleza porque es en bien de nuestros trabajadores, de todos, sin importar a qué partido o movimiento pertenecen.

Lo esperamos en la Comisión de Hacienda con $ 225.000 como mínimo para este año y el compromiso de los $ 250.000 para el próximo, dando así veracidad a su disposición para los más desposeídos y las regiones más afectadas, con una propuesta integral de determinación del salario mínimo en forma permanente. Escuche a los expertos, asesores y tecnócratas; pero, Ministro, decida usted. Pase la prueba de fuego sin quemarse.

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