¿Quién dijo que no se podía?

Durante mucho tiempo nos dijeron que era imposible. Que hablar de carrera funcionaria para las y los trabajadores de la salud pública era una ilusión, una demanda irrealizable. Desde el propio Ministerio de Salud, la ministra Ximena Aguilera cerró permanentemente las puertas a esta conversación, instalando una posición de bloqueo que pretendía dejar fuera del debate una de las reivindicaciones más sentidas del sector. Incumpliendo, de paso, un compromiso del Presidente Gabriel Boric. Pero la historia reciente demuestra que cuando hay organización sindical, articulación gremial y movilización, no existe resistencia institucional para frenar a los trabajadores organizados.

El paso que hemos dado -construir un insumo en conjunto con los equipos del Minsal para desarrollar un proyecto de Carrera Funcionaria- no es un gesto de generosidad del Gobierno, sino el resultado de la presión constante, de la unidad construida entre las y los trabajadores y del trabajo político sostenido por la Confederación Fenats Nacional y otras organizaciones gremiales. A pesar de los costos de la movilización (descuentos, sumarios, entre otras medidas de presión) hemos seguido adelante en pos del objetivo.

Porque fue la fuerza de nuestras bases, la articulación con otros gremios y la convicción colectiva lo que permitió pasar del "no se puede", a abrir un espacio de diálogo real. Hoy existe un insumo técnico, elaborado entre el Gobierno, el Ministerio de Salud y las organizaciones, que servirá de base para un anteproyecto de ley sobre carrera funcionaria. Eso, hace solo unos meses, parecía imposible.

Este avance tiene un profundo sentido político: demuestra que la organización sindical no solo defiende derechos, sino que mueve posiciones y cambia realidades. La Fenats Nacional ha cumplido un rol importante en esta etapa, actuando como articuladora de un movimiento que entiende que para conquistar derechos debemos dejar atrás diferencias secundarias y anteponer los intereses comunes de las y los trabajadores. Solo así se logra activar la capacidad y voluntad política que tanto necesitamos para transformar las condiciones del trabajo público.

Nada de esto se habría conseguido sin movilización. Sin las marchas, los paros, las denuncias y el coraje de quienes día a día sostienen la salud pública del país, la carrera funcionaria seguiría siendo un tema vetado. Por eso decimos con claridad: seguiremos en todos los espacios -en el Parlamento, en los ministerios y en las calles- empujando para que este avance se transforme en una ley que haga justicia con las y los trabajadores de la salud. Porque sí se podía. Porque cuando las y los trabajadores se unen, el país avanza.

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