Cuando hablamos sobre salud sexual no solemos recordar la integralidad que este concepto conlleva. Cuidar de nuestra salud sexual no sólo implica la prevención y tratamiento de enfermedades o infecciones, sino también promover la igualdad de género y fomentar la toma de decisiones compartidas y respetuosas entre las personas y con una/o misma/o.
Es por esto que cada 4 de septiembre -tanto en Chile como en el mundo- se conmemora el Día Mundial de la Salud Sexual, con el objetivo de visibilizar y promover la importancia de la sexualidad como un elemento fundamental e íntegro de nuestro bienestar.
Así también lo indican actores internacionales como la Organización Mundial de la Salud (OMS), asegurando que la salud sexual requiere un enfoque positivo y respetuoso, incluyendo la seguridad y prohibiendo la discriminación y violencia.
Pero, ¿qué sucede con las mujeres y personas gestantes en este ámbito? Uno de los variados aspectos que evidencian el sesgo de género que persiste en la sexualidad es que a menudo se enlaza con la reproducción, una vinculación que debemos dejar de lado, ya que toda persona tiene derecho a disfrutar de su sexualidad sin que se relacione a la gestación.
Otra desigualdad social que perjudica a las mujeres, es que también tienden a cargar con una mayor responsabilidad en lo que respecta a su salud sexual, situación que se contrasta con la de los hombres, quienes en menor medida adoptan prácticas similares de cuidado y prevención en este ámbito.
Sin embargo, son precisamente las mujeres quienes a menudo se ven limitadas en la posibilidad de someterse a chequeos médicos y cuidar de su salud sexual debido -en gran medida- a que son las principales responsables de desempeñar roles y labores de cuidado, lo cual reduce su tiempo para otras actividades esenciales.
Son estos solamente algunos puntos que revelan el sesgo de género que existe en el cuidado de la salud sexual, en donde las mujeres y personas gestantes, siendo las protagonistas, nuevamente son las más invisibilizadas, por lo que es necesario visibilizar esta problemática, para luego buscar fórmulas para su erradicación.
Por esto la necesidad de promover la Educación Integral de la Sexualidad (EIS) en Chile y el mundo, ya que, al ser una apuesta basada en planes de estudios permite la comprensión de la sexualidad de manera amplia, lo cual es vital para avanzar hacia el conocimiento científico, concreto y real sobre como tener vidas saludables y libres de violencia.
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