El 11 de febrero se celebra el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, declarado por la Asamblea General de la ONU en 2015 y en reconocimiento al papel de las mujeres en la comunidad científica y la tecnología, contexto en el cual es propicio preguntarse por maneras creativas que permitan promover la apropiación de la ciencia, tecnología e innovación en las niñas y las mujeres, pero también en un público amplio.
Hoy, aunque las niñas y niños están familiarizados con el uso de variados artefactos digitales, esta tecnología aún es percibida como algo indescifrable, que no se puede explicar, entender, ni replicar. Por otro lado, las encuestas de consumo cultural en Chile dicen que la artesanía y las ferias artesanales están entre los bienes y las experiencias culturales que más se consumen. Entonces, ¿podría ser la artesanía una forma de encontrarse con la ciencia y la tecnología?
En la conferencia "Qué es la ciencia" de 1966, el físico Richard Feynman cuenta cómo siendo niño las caminatas con su padre por el bosque, quien le hacía preguntas creativas sobre el entorno, inocularon en él el amor por la ciencia. La mirada curiosa sobre las cosas cotidianas que suceden a nuestro alrededor y que nos intrigan -por qué los pájaros del bosque pican continuamente sus plumitas, como cuenta el Premio Nobel en su relato- es una puerta de entrada a la fascinación por conocer el mundo desde una perspectiva científica.
Artesanas y artesanos contemporáneos ya han hecho sus propias incursiones en el encuentro de artesanía y ciencia. En la Región Metropolitana, Gabriela Fontana, junto a un equipo interdisciplinario desarrolló, Orfebrería Fungi (https://www.orfebreriafungi.cl/), un proyecto que quiere contribuir a la cultura, la educación y el patrimonio e impulsar el diálogo entre ciencia, saberes populares y arte. Junto al ingeniero agrónomo Rafael Pérez, identificó hongos en el bosque nativo de la RM, para luego desarrollar una colección de obras y una exposición que acompañan de talleres destinados a estudiantes de enseñanza media.
En la Región del Libertador Bernardo O'Higgins, Juan Carlos Orellana vivió un momento de inflexión cuando su tío científico -experto en protozoos- jubiló y llegó a su taller en Coya, para proponerle que trabajara en el mundo microscópico que había guiado su quehacer durante años. Fascinado con la visión de su pariente a través de las imágenes sacadas en el microscopio, e inspirado por las ilustraciones de Ernest Haeckel, Juan Carlos comenzó una línea de trabajo colaborativo entre artesanía y ciencia que mantiene hasta la actualidad.
Sostenido en estudios científicos, pero también en su propia investigación y observación de seres microscópicos, dibuja y replica esos diseños naturales perfectos -como les llama- en piezas de cobre que trabaja usando antiguas técnicas de martillado, las cuales ha expuesto en museos y ferias de artesanía, casi siempre acompañado con el microscopio que le permite develar a los espectadores la maravilla de esta microscópica expresión de diversidad biológica, la cual siempre alienta cuidar. Una necesidad urgente en medio de la actual crisis ambiental.
Su última exposición sobre Diatomeas (algas unicelulares), puede ser visitada en el Museo de Historia Natural e Histórico de San Antonio durante el mes de febrero.
En tiempos precolombinos, antes del calentamiento global y que la ciencia y la tecnología se llamaran de esa manera, el ser humano ya interpretaba los ciclos de la naturaleza buscando patrones que permitieran encontrar explicaciones, o dar solución a problemáticas y necesidades básicas y simbólicas, mediante el uso de la inventiva y la utilización de los recursos que le rodeaban. Artefactos que hoy llamamos artesanías, fueron desarrollados y siguen siendo realizados en la actualidad por los pueblos indígenas en Chile, atendiendo a los principios de la ciencia y tecnología y eso es precisamente la premisa que desarrolla la iniciativa "Mi Laboratorio de Artesanía".
Este proyecto, realizado por el Programa de Artesanía de la Universidad Católica, con el apoyo de la Fundación Artesanías de Chile y financiado por ANID, reunió a un equipo interdisciplinario de profesionales de diversas áreas, científicos, profesoras, a la artesana cestera mapuche lafkenche Sandra Chihuaicura y a la maestra textil aymara María Choque; para el desarrollo de dos kits multipropósito en los cuales se invita a las niñas y niños a llevar a cabo experimentos científicos y tecnológicos que recogen la sabiduría con la cual los pueblos Aymara y Mapuche Lafkenche realizaron algunos artefactos tecnológicos, hoy llamados artesanías.
Los kits (que fueron distribuidos gratuitamente en 6 regiones del país como parte del proyecto ANID), se han convertido hoy en talleres que, como Artesanía UC, llevamos a cabo gratuitamente en diversos espacios de difusión. Mientras que para todos quienes desean utilizarlo, pueden acceder al material sin costo en Milaboratoriodeartesania.cl/ para aprender y jugar en estas vacaciones. Para divertirse, pero también para descubrir que en la artesanía (quizás como para Feynman en el bosque), también hay ciencia. Para niñas, para niños, para todos.
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