Llevamos días con el Servicio Nacional de Consumidor (Sernac) bajo ataque cibernético. Habida cuenta que estamos próximos a un proceso plebiscitario relevante para el país, se han impartido instructivos técnicos, emanados por el CSIRT nacional, como alerta para todas las reparticiones del Estado de Chile. El drama es que muy pocas personas entienden algo siquiera de lo expresado en estas líneas.
Pongámoslo en términos simples: Hace seis días que la seguridad nacional de Chile está siendo vulnerada y no hemos sido capaces de volver a funcionar como corresponde. Tenemos un problema de seguridad nacional cuando el Estado, en cualquiera de sus reparticiones, unidades o servicios no puede cumplir su misión producto de un acto de voluntad de terceros que se lo impide. La seguridad nacional, la seguridad de la República o como queramos llamar a la seguridad de Chile, no es un concepto dividido entre agresión extranjera o interna. Da lo mismo si los hackers son chilenos en el extranjero o dentro de Chile, extranjeros fuera del país, o extranjeros al interior del país, el efecto de sus actos es exactamente el mismo. Por eso es que aquí no caben respuestas técnicas.
Lo que Chile necesita con urgencia es voluntad y responsabilidad política. Responsabilidad política para construir una arquitectura de seguridad nacional sólida y robusta, de carácter civil y democrática, pero efectiva y eficiente, con institucionalidad permanente y sobre todo, que funcione. Se requiere revisar los proyectos de ley en ese sentido. El nuevo Ministerio de Seguridad y Convivencia es insuficiente. Hay que integrar toda la capacidad nacional de inteligencia en la anticipación de alertas y amenazas y disponer de toda la capacidad de respuesta para la superación de las amenazas y los ataques. Es una irresponsabilidad política enfrentar los desafíos del siglo XXI con mentalidad del siglo XX. Lo que Chile necesita es una verdadera capacidad integrada para producir el bien público seguridad.
Este no es un problema técnico, sino político. Es un problema de voluntad, de prioridades y de recursos. Que lo que nos está pasando en el Sernac hoy sea una voz de alerta, estridente y sonora, de los niveles de vulnerabilidad de nuestras instituciones y de las falencias que tenemos en seguridad nacional.
Es hora de entender y exigir las responsabilidades políticas por el bien público seguridad que le caben al Poder Ejecutivo, destacando que éste es un tema de Estado. Es hora de poner los énfasis, las prioridades y la voluntad donde los hechos, no las ideologías, nos demandan actuar. Hoy es un ataque digital, mañana puede ser de cualquier índole y afectar nuestra vida de forma seria y devastadora. Queda demostrado que la institucionalidad de seguridad nacional que tenemos hoy es insuficiente e ineficiente para anticipar información y para producir respuestas integrales con todas las capacidades del país.
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