Más talentos y mujeres en carreras científicas

Loreto Valenzuela

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En la búsqueda constante de fomentar las áreas de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM, por su sigla en inglés), los programas especiales o complementarios de admisión universitaria se alzan como valiosas propuestas para atraer talentos escolares y abordar la brecha de género en el mundo de la educación superior y la investigación científica en el país.

Algunas de dichas iniciativas han demostrado ser un camino efectivo para descubrir el talento de jóvenes estudiantes que no encajan en las pruebas tradicionales de ingreso a la Educación Superior. Por ejemplo, la vía de admisión NACE, impulsada desde 2018 por la Escuela de Ingeniería de la Universidad Católica (UC), ha inspirado a niños, niñas y adolescentes a explorar su interés en las disciplinas STEM, con un enfoque en la equidad de género, liderazgo estudiantil, creatividad e interdisciplina.

La experiencia demuestra que estos programas no sólo brindan a escolares la oportunidad de ingresar a la universidad y mostrar sus habilidades para innovar y emprender, sino también representan un catalizador de vocaciones desde una edad temprana. Así lo hemos constatado en encuentros y ferias realizadas en diferentes colegios y liceos del país.

A pesar de los avances registrados en este ámbito, uno de los mayores desafíos que enfrentamos como sistema es erradicar roles y estereotipos de género, adquiridos desde la socialización temprana y que siguen operando en la elección de áreas de conocimiento y carreras. Hoy existen más niñas asistiendo a la escuela, pero no siempre tienen las mismas oportunidades que los niños de completar la educación de su elección, porque se ven frenadas por prejuicios, normas sociales y expectativas que influyen en la calidad de la educación que reciben y en las materias que estudian.

Las estadísticas aún revelan una subrepresentación femenina en la enseñanza de las ciencias, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas y, por consiguiente, en las carreras profesionales de estas disciplinas. Según datos de la Unesco, sólo el 35% de los estudiantes en carreras STEM a nivel mundial son mujeres.

En Chile, considerando el último proceso de admisión a las universidades, dichas cifras son aún más preocupantes, porque sólo 28% de los postulantes seleccionados en estas áreas eran mujeres. Esta disparidad de género es preocupante, sobre todo teniendo en cuenta que las carreras STEM se consideran a menudo los empleos del futuro, que impulsan la innovación, el bienestar social, el crecimiento inclusivo y el desarrollo sostenible.

Conscientes de dicha brecha, las universidades han dado un paso importante hacia la igualdad de género en las ciencias y la tecnología al ofrecer cupos adicionales para mujeres en carreras STEM, muchos de los cuales se asignan de acuerdo con un ranking de puntajes ponderados. En el caso de Mujeres en Ciencias UC que ofrece vacantes exclusivas a mujeres en carreras de Ingeniería, Matemática y Astronomía, por mencionar algunas, hay 34 cupos para esta vía de admisión 2024, lo que demuestra la importancia de diversificar los enfoques y las perspectivas en disciplinas claves para el desarrollo del país.

Las mujeres aportan perspectivas únicas y enfoques diferentes, lo que puede enriquecer enormemente el campo científico y promover la innovación. Además, la visibilidad de mujeres científicas y profesionales en STEM puede servir como inspiración para las niñas, ayudándoles a superar estereotipos y barreras estructurales que a menudo las desalientan de seguir carreras científicas y tecnológicas.

En un mundo impulsado por la ciencia y la tecnología, es esencial atraer más talentos y mujeres en carreras científicas, especialmente desde temprana edad, con el propósito que puedan desplegar toda su creatividad para la exploración, transformación y aplicación del conocimiento.