El drama musical “Nace una estrella” (Star Is Born) es lisa y llanamente extraordinario. Desde su estreno en el Festival de Cine de Venecia, el 31 de agosto, la crítica y el público la han aclamado. Opera prima de Bradley Cooper, quién la protagoniza y dirige, acompañado de la compositora y cantante Lady Gaga (Stefani Joanne Angelina Germanotta). En cartelera en Chile desde el 11 de octubre.
Una banda sonora de Rock duro y Pop, con uno y otro guiño a la biografía personal y artística de la sublime Lady Gaga, que ahora nos sorprende como actriz y se corona con su voz y talante interpretativo. Una diva planetaria del ArtPop.
De Bradley Cooper ya sabíamos que era un actor mayor. Aquí, además, como Director hace lo suyo, inspirado. Lo que no conocíamos de Cooper era su vocación de músico y cantante, sorprendiendo con sus interpretaciones en vivo en los recitales grabados para el film.
Tras la música late una historia de amor iluminada, apasionada y trágica. El intenso encuentro y desencuentro existencial entre Jackson Maine (Cooper), un músico rockero y country, en la cima de su fama, y la joven y talentosa Ally (Gaga), compositora y cantante, que no despega, inhibida por el ruido emocional de un padre megalómano que quiso ser como Sinatra.
Maine escucha y conoce a Ally en una de sus largas noches etílicas, en un bar de la comunidad LGBT (en un guiño a la activista y filántropa que es Lady Gaga con sus causas pro respeto a la diversidad, a la inmigración, empoderamiento emocional y otras). Ahí Maine es arrobado por la fuerza interpretativa de Ally cuando canta un clásico de Edith Piaf, por supuesto.
Luego, el amor. Pasión y sintonía creativa, un vínculo en el que el generoso e intuitivo Cooper ayuda a germinar la autoconfianza de Ally. La joven cantante va creciendo en su carrera de ídolo Pop (al alero de un frío e implacable productor de la industria), en proporción inversa al deterioro personal de Maine, en fase terminal autodestructiva por el alcohol y las drogas, agobiado por sus heridas de niño. El amor entre ellos, sin embargo, nunca muere, tan solo se trizan sus sueños.
Volvamos a la música. Bradley decidió que toda la música del filme sería original. Lady Gaga, una vez incluida en el reparto, pidió co-escribir la banda sonora del filme (19 canciones). Está fue lanzada junto con la película el 5 de octubre de 2018. Además de las canciones de Gaga, hay algunas del propio Bradley Cooper, amén de una y otra de antiguos colaboradores de la diva.
También Lady Gaga solicitó que toda la música fuera interpretada en vivo durante el rodaje. Así se hizo. El público fueron extras o mejor dicho, fans de Gaga que pagaron 10 dólares por la entrada, posteriormente donados a fundaciones.
Por esta suma de buenas decisiones musicales, por el talento actoral (no hemos mencionado a Sam Elliot en su papel de hermano mayor y “padre” de Jackson Maine), por la sutil inteligencia del guion (Bradley Cooper, Will Fetters y Eric Roth), sin duda, esta tercera adaptación de Star Is Born supera a todas sus predecesoras. Recordemos que en 1937 se estrenó la película original, mientras en 1954 y en 1976, la primera y segunda adaptación.
En fin, una película, un musical, un drama, que emociona.
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