Memoria e identidad

Desde el día que asumió esta administración, uno de los focos fundamentales del trabajo del municipio ha sido la recuperación, protección y puesta en valor del patrimonio de la comuna.En este territorio se fundó la ciudad, por lo que en el se encuentra reflejada gran parte de la historia de la capital y, en muchos casos del país.

Por esa razón, una de las características fundamentales de Santiago es que posee una enorme cantidad de memoria arquitectónica e inmaterial. Es precisamente esa cualidad una de las más importantes en la conformación de la identidad de Santiago y por esa razón, la jefatura comunal ha dado claras muestras de mantener un compromiso irrestricto con la conservación del patrimonio desde el primer día de iniciada su gestión.

Esto, porque entendemos la responsabilidad que tenemos ante la ciudadanía de cuidar la identidad de nuestra comuna, tanto para mejorar la calidad de vida y el entorno que habitan nuestros vecinos, como para poder entregar a las generaciones futuras una comuna amigable que celebre su historia. Cabe señalar que todas las grandes urbes del planeta fijan sus visiones urbanísticas destacando en su planificación antiguas edificaciones o barrios que transportan a épocas pretéritas.

Con todas esas consideraciones, luego de una importante participación de la comunidad, modificamos el Plan Regulador Comunal de Santiago del sector Matta-Franklin y se definieron, entre otras materias, nuevas zonas de conservación histórica en las que se incorporaron 285 nuevos inmuebles que serán protegidos, para cuidar y mantener la armonía del sector y rescatar así la riqueza de esa zona.

También se ha actuado decididamente en el Barrio Yungay, trabajando de la mano con los vecinos para recuperar y rescatar inmuebles, fachadas y el entorno del sector con el fin de cuidar este patrimonio que no es sólo de la comuna sino de toda la ciudad.

Acciones como el “plan de limpieza de muros y fachadas” de la Alameda que se ha implementado en edificios emblemáticos como la Iglesia de San Francisco, la Iglesia de la Gratitud Nacional, la Iglesia de la Merced, la Casa Central de la Universidad de Chile, el Palacio de Bellas Artes, entre otros inmuebles, evidencian una clara voluntad de enfrentar el deterioro al que han estado expuestos esos espacios relevantes para el país.

Se suman la recuperación de cités, el inicio de la confección de un plan maestro para mejorar el Cerro Santa Lucía, la renovación de la Plaza de Armas y del Portal Bulnes, la recuperación de la Casa Colorada, el Palacio Cousiño, la Posada del Corregidor y el propio edificio consistorial, además de la puesta en valor del entorno del Mercado Central. Esos son sólo parte de los ejemplos que demuestran la constante preocupación por esta materia.

En las últimos días, con el fin de tener el panorama global más claro sobre el estado de inmuebles de conservación, monumentos nacionales o zonas típicas, la alcaldesa instruyó a la subdirección de Patrimonio realizar un catastro del estado de edificaciones, casonas, palacios y toda la memoria histórica que se ubica en la comuna con el fin de reconocer espacios que se encuentren en riesgo. La medida fue aprobada por el Concejo Municipal .

Sin embargo, esta municipalidad y su alcaldesa han dado muestras claras de atenerse siempre y sin variaciones a lo que la ley o los órganos respectivos establezcan en sus dictámenes, sin perjuicio de ejercer las acciones que se consideren pertinentes para resguardar el patrimonio, la seguridad y la calidad de vida de los habitantes de la comuna.

Actualmente nos encontramos en una situación compleja con el edificio de la “Protección Mutua”, ubicado en la esquina de Rosas con Morandé. Los instrumentos legales no ayudan al cuidado de nuestra historia y por esa razón recurrimos a la Contraloría General de la República para buscar una nueva interpretación de la legislación. Hoy es más valedero el permiso de edificación que la protección patrimonial que recibió pocos meses después de que se ingresara un proyecto privado.

En ese caso y en otros, hemos decidido paralizar obras, se ha solicitado recuperar estructuras de inmuebles de conservación dañadas y, además, se han tomado otras medidas similares en pos de proteger el patrimonio en riesgo, siempre en la medida que la legislación vigente lo permita. Santiago debe realzar su patrimonio y no se puede dar el lujo de permitir que su historia sea derribada.

Como lo ha dicho la alcaldesa Carolina Tohá en reiteradas ocasiones, el patrimonio material e inmaterial tiene una similitud muy grande con las especies en peligro de extinción. Una vez perdido, ya no se puede recuperar.

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