En la semana del 22 de octubre nos visitará David Pino, Director de Innovación y Economía Social del Ayuntamiento de Sevilla, experto internacional en emprendimiento colectivo y uno de los habilitadores del esquema de “Municipios por el Bien Común” en España.
Viene gracias al apoyo de ProChile y otras organizaciones, dado el interés en la internacionalización de empresas de tipo cooperativo que hoy viven un tremendo auge en el mundo y en sintonía con la propuesta de la “Economía del Bien Común”, también en creciente expansión, dada su coherencia con los ODS (Objetivos del Desarrollo Sostenible), principio rector que hoy orienta las políticas de desarrollo necesarias para resolver los grandes problemas que aquejan a la humanidad y en las que Chile, como Estado se ha comprometido.
¿De qué nos hablará Pino?, fundamentalmente de como se han expandido las iniciativas y políticas que habilitan o facilitan, a las expresiones de economía social solidaria, a potenciarse y desarrollarse en los territorios y en particular, como el cooperativismo es hoy una respuesta que renace con fuerza y que propicia la colaboración, cooperación, ayuda mutua, fomenta valores de honestidad, transparencia, horizontalidad en las decisiones en y para el bienestar de sus socios y fomentando cadenas de valor sostenibles. A la par de mostrar cómo estas surgen y se promueven desde los municipios.
En este sentido, los gobiernos locales, los municipios, se han ido transformando (o pueden serlo) en facilitadores de estas nuevas formas de hacer economía y es ahí, donde surge el concepto y expansión de los llamados “Municipios del Bien Común” basados en la propuesta de la Economía del Bien Común EBC, que busca resignificar el concepto de economía, llevando los valores de la sociedad al ámbito económico, para que las empresas y las organizaciones actúen, como siempre deberían hacerlo, es decir, en favor del bien común y el bienestar de la población.
Eso a través de la provisión de bienes y servicios que satisfagan necesidades humanas reales y no adicciones o consumismo exacerbado.
Se trata de lograr cumplir con los principios y valores que persiguen la mayoría de las Constituciones de los países. La EBC busca redefinir el éxito de toda empresa u organización, girando el foco, desde la competencia extrema hacia la colaboración y la co-construcción participativa y moviéndose desde el mero afán de lucro hacia la medición de la contribución al bien común.
Entonces, los municipios del bien común representan hoy una alternativa concreta para las empresas y organizaciones locales que deseen avanzar hacia un nuevo modelo de relación con la ciudadanía. El objetivo es que el gobierno local se oriente a garantizar el bienestar general de personas, organizaciones e instituciones en su entorno de cercanía.
Concretamente, a nivel de municipios se trata de generar una declaración de compromiso, de parte del Concejo Municipal en apoyar y actuar en al menos una de cinco líneas de acción.
- El municipio realiza, en su propio ámbito administrativo y económico, un “Balance del Bien Común” en base a la matriz que relaciona los valores fundamentales de dignidad humana: solidaridad, justicia social, sostenibilidad ecológica, democracia y participación, evaluando la relación de estos, con cada uno de los actores relevantes con quienes tiene contacto (funcionarios, proveedores, gobierno central y regional, vecinos, comunidad, empresas locales, servicios públicos, etc.). Este balance debe publicarse e invitar a otros municipios avanzar en igual sentido.
- Invita a los empresarios a hacer su propio Balance del Bien Común. Se fomenta activamente que las empresas en el territorio, sin importar tamaño o actividad, realicen este balance. Para esto, la Asociación para el fomento del Bien Común en Chile, puede facilitar consultores que apoyen el proceso y/o realizarse en grupos, de modo que aprendan unas empresas de otras, las mejores prácticas y los servicios especiales que favorecen a la comunidad en favor del bien común. Las empresas que obtengan puntajes mayores y demuestren altos estándares de gestión, con los distintos grupos de contacto (stakeholders) pueden tener preferencia en el sistema de contratación y compras públicas del municipio. Lo anterior se puede relacionar con políticas activas de fomento productivo y desarrollo económico local.
- El desarrollo participativo de un “Índice del Bien Común Municipal”. A través de procesos de participación, se pueden determinar entre 10 y 20 factores de calidad de vida más importantes para la comunidad, los cuales pueden ser medidos a través de encuestas que representen a los hogares del municipio una vez al año. Los índices del Bien Común (similar al índice de la felicidad o bienestar subjetivo) pueden ser diferentes de un municipio a otro y no se trata de competir sino de monitorear las medidas políticas que sean más pertinentes, desde estas prioridades definidas por la comunidad.
- Proyecto de participación ciudadana para facilitar y promover una convención económica municipal. En que se fijan normas y criterios relacionados con asuntos tributarios, (patentes, contribuciones, entre otros) en donde se tenga competencia, para definir tasas y/o precios a servicios municipales, sistema de compras y contrataciones públicas, aprobación de proyectos, coordinación con fondos nacionales y regionales implementación de políticas públicas y programas que impliquen gasto público y administración de recursos económicos. Un ejemplo: plebiscitos o consultas vinculantes.
- Unirse a una “región del bien común”. Varios municipios del bien común pueden reunirse en un área geográfica, para formar regiones del Bien Común. De esta manera los municipios pueden aprender juntos y complementarse mutuamente. Esto se conecta con el proceso de descentralización del país, en donde se discute la elección democrática de gobernadores regionales, que se suma a la de consejeros regionales, y sobre las competencias y atribuciones que tendrían, siendo las de fomento productivo local de gran importancia para pensar una estrategia de desarrollo regional pertinente de triple impacto: económico social y ambiental.
Para ser un “Municipio del Bien Común” es imperioso que todos los actores de la gestión del municipio, tomen conciencia de que se va a iniciar una reforma sustancial en sus estructuras, sus procedimientos, sus objetivos y su sistema de relaciones.
Hoy los gobiernos locales se están convirtiendo en la primera y más importante referencia para sus habitantes y por tanto el tipo de territorio y ciudad que sus habitantes anhelan.
Es un cambio de paradigma, pero basado en valores humanos y que potencie el verdadero y más integral desarrollo local y bienestar de los ciudadanos. Conozcamos y tomemos esta oportunidad hoy.
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