Talca abre sus puertas al Arte

La que fue en su día fue “muy noble y leal ciudad" no levanta cabeza.

Al desmantelamiento de industrias que contribuyeron a su desarrollo o pequeños talleres de confección que daban trabajo mayoritariamente a mujeres se añadió la destrucción de gran parte de la ciudad por el último terremoto.

Hoy Talca parece añorar y necesitar más que nunca esa llama que durante muchos años encendió lámparas y fogones de todo Chile, gracias a la Fábrica de Fósforos, de capital sueco. En sus terrenos se levanta un supermercado, todo un símbolo de ese  consumismo que no da señales de agotamiento.

A la falta de incentivos para quedarse, la ciudad más importante de la región del  Maule carga sobre sus espaldas  la desidia y la escasa visión de futuro de los políticos responsables de levantarla de sus cenizas.

El centro de Talca es un muestrario de sitios baldíos convertidos en estacionamiento de día y de boca de lobo de noche. El Mercado Central y las escuelas Concentradas se han convertido en monumentos a la inacción. Todavía es una aventura caminar por algunas calles sin tropezar o darse de bruces en el asfalto. La calle principal  es un bazar inabarcable,  aunque el llamado Mercado Persa supera con creces lo imaginable en cuanto a oscuridad, seguridad y almacenamiento de múltiples objetos que se ofrecen y que alguna vez se venden.

El terminal de autobuses merece una crónica aparte.  No se sabe  que esperan las autoridades “competentes”  para acabar con el caos que impera tanto a la entrada y salida de vehículos como a la hora de bajar, subir o caminar por los pasillos  atestados de vendedores y amigos de lo ajeno.

Pero Talca aún tiene motivos para sentir orgullo.

Las universidades  se han convertido en motor y guía. En luz y esperanza de tiempos mejores. No en vano figuran a la cabeza de las casas de estudios superiores de Chile. E incluso su prestigio traspasa fronteras.

La Universidad de Talca es precisamente una de ellas. Lo realizado con minuciosidad  y acierto es un ejemplo a seguir. Y  a lo ya hecho añade ahora un importante aporte cultural a la ciudad.

Una nueva galería de Arte,que incluye la colección de la propia Universidad y obras pertenecientes al Museo O´Higginiano a la espera de ser rehabilitado  tras sufrir daños en el último terremoto ) y del Museo de Bellas Artes de Talca.

Instalada en  el antiguo Hotel Plaza, frente a la plaza de Armas y junto a la Catedral, la Nueva Galería de Arte de la Universidad de Talca ofrece una muestra ordenada y selecta de la pintura chilena de finales del siglo XIX hasta el presente.

Se pueden admirar   obras  en las que se reconoce la influencia de  maestros franceses e ingleses. Cuadros de factura impresionista y pos impresionista . Y también cuadros que demuestran que las vanguardias  que surgen  en Europa a comienzos del siglo XX y etapas posteriores no dejan indiferentes a los artistas chilenos.

La lista de pintores de primera línea que se incluyen en el catálogo de esta Nueva Galería de la Universidad es extensa y refleja el arduo trabajo de quienes han trabajado en ello.

Hay obras de los llamados “clásicos”,  Pedro Lira, Antonio Caro, Rafael Correa, Juan Francisco González y de los que rompen moldes o se suman a los aires  innovadores que provienen del viejo continente, Matta, Israel Roa, Hardy  Wistuba, Augusto Barcia, Ximena Cristi  entre otros.

La muestra facilita el conocimiento de escuelas, grupos o tendencias.

Por ejemplo, el trabajo del grupo RECTÁNGULO o FORMA Y ESPACIO  de los años 50 y  que encabezó Ramón Vergara Grez. Se trataba de artistas que eludían las formas y el cuerpo y apostaban por lo geométrico, por la abstracción, por los símbolos y los colores  puros.

También se exponen obras del llamado grupo SIGNO, de los años 60, seguidores del arte informalista y con una marcada tendencia hacia lo social. Hay muestras de los creadores que en los años 70 optaron por apuntarse a la corriente de lo Conceptual.

En suma, hay en esta Nueva Galería nombres reconocibles y consagrados: José Balmes, Roser Bru, Gracia Barrios, Rodolfo Opazo, Mario Toral, Francisco Capello o Ricardo Irarrázaval.

Si hay un artista al que la Universidad de Talca otorga el carácter de tótem es Pedro Olmos. No en vano el artista y su mujer, Emma Jauch, donaron a esta entidad sus pinturas.

El sótano de esta Nueva Sala de Arte se rinde ante este pintor maulino, considerado en su primera etapa como representativo del costumbrismo y que con el paso de los años se deja arropar por un surrealismo donde lo popular y el color de su tierra y gente estallan con luz propia.

El visitante encontrará de Pedro Olmos obras muy representativas de su trayectoria. Algunas de ellas son “Nacimiento en Chimbarongo”, cuadro dónde la influencia de los muralistas mexicanos está presente, o “Las alegres calabazas“.

La Universidad de Talca suma con esta Galería un nuevo aliciente al arte.

Al impresionante Parque de las Esculturas, al legado de la artista Lily Garafulic y las salas de exposiciones que se encuentran en la calle dos Norte, se añade esta Galería que viene a compensar el vacío que se advierte en otros ámbitos de la capital del Maule.

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