Cuando el deporte y la educación compiten juntos

En Chile, ser deportista de alto rendimiento y, al mismo tiempo, estudiante universitario sigue siendo un desafío. Las exigencias de entrenar, competir y rendir académicamente parecen muchas veces ir en direcciones opuestas. Sin embargo, desde el Club Deportivo Universidad Católica (UC) estamos convencidos de que ambas trayectorias no solo son compatibles, sino que pueden potenciarse mutuamente.

Hoy existe una mayor conciencia respecto a la necesidad de acompañar a los deportistas en su formación académica. Universidades e instituciones como el Instituto Nacional del Deporte están generando mecanismos para facilitar esta doble vía. En la UC, por ejemplo, existe una admisión especial para quienes, cumpliendo ciertos requisitos académicos, destacan también por sus méritos deportivos en disciplinas olímpicas o paralímpicas. Es un avance significativo que reconoce el valor del deporte como parte integral de la formación de una persona.

Aun así, queda mucho por recorrer. Todavía falta una comprensión más profunda sobre qué significa ser deportista de élite. En países como Estados Unidos, el sistema universitario no solo acoge, sino que celebra a sus deportistas. Les entrega las condiciones necesarias para que puedan estudiar hasta cierta hora y luego dedicar tiempo completo a su entrenamiento. La universidad se adapta a su realidad, no al revés.

Dicho equilibrio es posible si se conjugan la disciplina y compromiso del deportista, el apoyo y flexibilidad de las universidades, y una comunicación fluida con los profesores y autoridades académicas. Sabemos de muchos estudiantes han debido congelar carreras o disminuir su carga académica para poder seguir compitiendo. No se trata de dar ventajas, sino de entender la realidad distinta que enfrentan estos jóvenes.

Organizar los tiempos es, probablemente, el mayor obstáculo. Horarios de clases que se topan con entrenamientos, pruebas que coinciden con viajes o campeonatos. Todo eso se puede resolver si existe voluntad institucional. Si la universidad les da espacio a sus estudiantes deportistas, escucha sus necesidades, entonces sí se puede estudiar y competir al más alto nivel.

Las universidades pueden ver esto como una ayuda al deportista para que estudie, o bien reconocer al deportista como una persona con talentos y habilidades humanas que enriquecen la vida universitaria. Acoger a deportistas es incorporar a su comunidad personas con un recorrido personal probablemente más adelantado en valores que enriquecen a todo el entorno educativo, como la responsabilidad, la disciplina e incluso el trabajo en equipo.

En este desafío, desde el Club Deportivo UC trabajamos en el desarrollo de deportistas integrales, en quienes se forman dentro y fuera de un complejo deportivo. Tenemos la esperanza y motivación que cuando el deporte y la educación compiten juntos, gana todo Chile.

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