Batman v/s Superman

Seguramente muchos de nosotros hemos visto diferentes películas de súper héroes, cintas en que la tónica común es el enfrentamiento entre “buenos y malos” y en donde la mayoría de las veces el primero de estos vence al enemigo.

Usted se preguntará por qué hablo de super héroes si en el mundo real estos no existen, creo, y es que este ejemplo me parece ideal para hacer un análisis con respecto a lo que ocurre actualmente entre los taxis tradicionales y la aplicación Uber, aunque en este caso, no tendría claro quien representa a Batman y quien a Superman.

Primero que todo, es imprescindible dejar en claro que lo fundamental en cualquier actividad económica es que exista competencia, pero siempre es importante que esta tenga un carácter leal con el objeto de que se den las mismas condiciones para ambas partes, sobre todo, si el servicio entregado es el mismo.

Pese a que Uber ha tenido un gran respaldo ciudadano y es un gran aporte para la simplificación del sistema de transportes, me parece erróneo encasillar a todos los conductores de taxis como tramposos, pues hay quienes sí hacen bien su labor y son honestos con los pasajeros.

Si se igualan las condiciones de carácter legal, no me cabe duda de que ambos deben ser parte del sistema, pues hoy mucho se habla de la monopolización de ciertos servicios, y sacando a Uber o Cabify de la competencia, se estaría quitando la opción de elegir libremente al pasajero.

Con respecto a las declaraciones otorgadas por el ministro de Transporte sobre el tema en cuestión, creo que apuntan al “camino corto”, ya que no puede ser tajante y hacer un llamado a no usar Uber por ser informal, lo correcto sería sentarse a conversar con quienes están a la cabeza de estas tecnologías, pues no podemos negar que son eficientes y muestran un avance en materias de cómo entregar un servicio que se adapte a la demanda de los clientes.

Sin duda este debate llega a desterrar un problema mayor con respecto a la industria del transporte actual en nuestro país, llega casi a abrir los ojos de las autoridades para que se trabaje por modernizar el sector y  aumentar los niveles de productividad por la vía virtual, pues estas nuevas tecnologías, además de facilitar la relación entre vehículo y cliente, pueden tener un impacto positivo en la relación costo-servicio, ya que muchos de los transportistas podrían planificar sus recorridos en vez de circular innecesariamente por largos transcursos de tiempo sin tener un pasajero abordo.

Esta “modernización”, debiese ser un trabajo en conjunto entre el ministerio de Transporte y de  Economía, ya que todos, los sectores requieren de un apoyo significativo que les permita renovarse, capacitarse, adecuarse a las nuevas tecnologías y optimizar el servicio entregado.  

Si yo fuera taxista estaría preocupado por ver cómo aumentar mis niveles de competitividad en vez de “empujar” al del lado, porque lo peor que pueden hacer mientras continúe el debate es intentar tomar medidas con sus propias manos y lo único que conseguirán será desprestigiar al gremio que representan.

Está bien que no estén de acuerdo, pero hay maneras de hacer valer su descontento.

Por lo mencionado, esta situación se configura casi como una pelea entre super héroes, en este caso, ambos tienen virtudes, pero para el público, siempre habrá un favorito.

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