A propósito del desarrollo de las mesas de diálogo social tripartitas que está llevando adelante el Ministerio del Trabajo y Previsión Social (Mintrab) de cara a la formulación de un proyecto de ley sobre Negociación Colectiva Multinivel, que el gobierno pretende ingresar al Congreso antes de finalizar el 2024, resulta de total pertinencia el reciente lanzamiento del libro "Relaciones Laborales: Diálogo Social en las organizaciones" (Ediciones UAH).
A lo largo de sus páginas, redactadas con vocación pedagógica y análisis crítico, la investigadora Ana María Fernández profundiza exhaustivamente en las relaciones laborales en Chile, teniendo como eje los procesos de diálogo social desde una visión general y comparada, así como el contenido y los modos de expresión del diálogo social que tienen tanto las organizaciones del sector público como las del privado de nuestro país. Se nutre de la experiencia de un proyecto inédito en nuestro país: "Mejorando las relaciones laborales: desarrollo y escalamiento del Sistema de Fomento al Diálogo Social en las organizaciones, Índice de Diálogo Social (IDIAS)", ejecutado -entre 2018 y 2023- por las facultades de Economía y Negocios y de Psicología de la UAH y financiado por el Fondef-ANID, en el que participaron organizaciones gubernamentales, empresariales y sindicales. De este proyecto, surgió la herramienta IDIAS que, a la fecha, ha sido utilizada por alrededor de 90 organizaciones para diagnosticar y promover el diálogo social en sus estructuras.
En la ceremonia de lanzamiento del libro, realizada en la sede de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) Cono Sur, hubo consenso en la importancia de promover el diálogo social tripartito (empleadores, trabajadores y el Estado como ente regulador), pues es un mecanismo que nivela la asimetría de poder propia de la relación entre trabajador y empleador y no sólo contribuye a fomentar el trabajo decente, sino que, finalmente, termina fortaleciendo la democracia. El vicerrector Académico de la UAH y director del IDIAS, Eduardo Abarzúa, consignó un hecho indiscutible: Chile no tiene una robusta cultura de diálogo social. Esa cultura dialogante basada en "el reconocimiento del otro y de sus características y de la aceptación de sus diferencias, pues, desde ahí construimos los acuerdos y los consensos", aseguró.
Desde esa mirada, la pertinencia de este libro cobra relevancia en el debate de un eventual proyecto de Negociación Colectiva Multinivel porque, justamente, invita a reflexionar sobre nuestro modelo de relaciones laborales y los factores que están en juego para propiciar el diálogo y los acuerdos; identifica las barreras, los niveles de representatividad y participación de los actores involucrados, entre otros ítem.
Promover una cultura dialogante en los términos expuestos es vital para llegar a buen puerto en un tema resistido por algunos y anhelado por otros. Es de público conocimiento que estas mesas tripartitas no han contado con la participación de todos los actores. A la fecha, sí se han involucrado en la discusión, además del Mintrab y los ministerios de Economía y Hacienda, organizaciones sindicales, gremios de pequeñas y medianas empresas, empresas públicas y expertos en la materia.
Estamos de acuerdo en que no es fácil esta discusión en un ecosistema en el que conviven organizaciones de distintos tamaños unas, acostumbradas a las negociaciones colectivas por empresa, con importante fragmentación de sindicatos en su interior; otras, sin negociaciones colectivas y sin representación de trabajadores; incluso con marcos normativos distintos (sector privado, bajo el Código del Trabajo; sector público, regulado por el Estatuto Administrativo). También hay paradojas como la prohibición legal de huelga y negociar colectivamente que afecta a las y los funcionarios públicos, aunque de facto, sí hacen efectivos estos derechos; es más, su proceso de negociación puede ser considerado como la única negociación sectorial del país, ya que involucra a varias asociaciones de distintas reparticiones del Estado, cuyos intereses a veces no coinciden del todo y ponen un desafío a la primera dimensión del diálogo social, como hallazgo científico del IDIAS, que es la representación.
Y si bien, insistimos, es compleja toda esta discusión de la negociación multinivel -pero común en países de la OCDE- es hora ya de, por lo menos, sentarnos a conversar los puntos de vista de los actores de las relaciones laborales. ¿Por qué tenemos que seguir eludiendo discusiones que tenemos que dar? Trabajo y capital son parte de una misma composición. El reconocer los contrapuntos es un primer paso para intentar responder la pregunta que hace el último Informe de Desarrollo Humano en Chile titulado "¿Por qué nos cuesta cambiar?: conducir los cambios para un Desarrollo Humano Sostenible".
Por eso, desplegar la conciencia del contrapunto ("Reflexiones sobre el exilio", "Cultura e Imperialismo", "Fuera de lugar", de Edward Said) sería encomiable también en estos espacios. La pluralidad de percepciones nos hace conscientes de las distintas dimensiones de la realidad. En música, el contrapunto es el arte de crear armonía y equilibrio al combinar varias melodías diferentes. Todas las voces son igual de importantes, algunas pueden estar en competencia, otras se complementan, cada una es distinguible, pero todas son parte de una misma composición.
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