En materia de economía, los modelos macroeconómicos permiten a los economistas encumbrarse sobre el común de las personas, porque les permite predecir el futuro. Pero, ¿son capaces estos modelos de hacerlo realmente? como en muchos temas económicos, depende.
El día lunes 18 de marzo, el ministro Marcel comentaba el cambio que se produjo en el crecimiento de Chile para el año 2023, que pasó de una estimación negativa a un resultado positivo, en el vecindario del crecimiento nulo. Esto fue suficiente para que el futuro sea más auspicioso y, parafraseándolo, la economía empieza a despejar o es evidencia de la presencia de los esperados green shoots o brotes verdes. Así, Marcel sigue siendo el pilar de la esperada Boricnomics, que esperemos por el bien del país, llegue pronto. Aunque para algunas y algunos, es preferible utilizar el concepto de desarrollo económico más que el árido y monetarista crecimiento económico.
Así, volviendo a los modelos macroeconómicos, la capacidad predictiva de estas bolas de cristal podría mejorar significativamente con la planificación, diseño, calibración, implementación y operación de un digital twin (gemelo digital), nueva herramienta digital que se masifica en otros ámbitos e industrias.
Un modelo macroeconómico es una herramienta básica y necesaria para cada agente significativo del mercado. Ellos deberían estar activos en el Gobierno, pasando por el Banco Central, los bancos comerciales, las grandes corporaciones y empresas. Basta mencionar que el actual presidente argentino era un analista macro de Eduardo Eurnekian (un gran empresario argentino) y quizás ello le permitió observar y afinar una estrategia para ganar la presidencia.
Existe evidencia que la macroeconomía incide en las personas y provoca comportamientos, junto a la certeza que ella es impactada por las expectativas, decisiones de consumo e inversión, el clima, las guerras, la inmigración, las pandemias, economía de otros países, etc. En un marco de referencia que cambia instantáneamente, se deben reforzar los mecanismos predictores de las variables fundamentales que inciden, en definitiva, en el bienestar de las personas (en especial en las que sólo deciden trabajo y consumo) y el desempeño de las empresas.
Una nueva herramienta predictora en macroeconomía puede ser un gemelo digital, que es utilizado para predecir el funcionamiento de sistemas complejos, porque reproduce detalladamente cada variable que conforma la realidad y las modela en su totalidad y complejidad, pudiendo modificarla y observar sus efectos. Por ejemplo, hoy el modelo digital se utiliza en procesos mineros, operaciones químicas, funcionamiento de maquinarias, entre otras, tanto para optimizar como predecir.
De esta forma se podría avanzar en convertir a la economía en una mejor ciencia y alejarla de la quiromancia.
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