El riesgo de los aranceles

La incompresible iniciativa -matonesca, afirman los chinos- tomada por Estados Unidos de subir los aranceles a los productos importados desde diferentes países tendrá un impacto relevante en el comercio mundial. Los expertos predicen una disminución de los flujos de intercambio por razones directas, al ser Estados Unidos la principal economía del mundo, o por razones indirectas, como consecuencia de las reacciones que otras economías adoptarán.

Chile también está expuesto a estos riesgos. Sin embargo, la reacción del gobierno al respecto es correcta al anunciar que no habrá retaliaciones. Esta nueva situación debería ser vista como una oportunidad para intensificar la profundización de nuestra vinculación con los mercados mundiales -diferentes de EE.UU.-, intención manifiesta en la visita realizada por una amplia delegación público-privada a la India este mes. Para ello es necesario no sólo generar acuerdos de toda naturaleza sino avanzar lo más rápido posible en implementar las condiciones internas para que eso se pueda materializar y ampliar la oferta exportable. Esto significa buscar formas de facilitar las inversiones en los productos de exportación derivados de la minería, además de las industrias agroalimentaria y forestal, entre otras.

Por ello, es importante facilitar las inversiones que permiten mejoras sustantivas en la competitividad de los principales productos exportables como es la infraestructura relacionada con la logística. Mejoras en nuestra cadena logística a través de carreteras y caminos, ferrocarriles, aeropuertos, también orientados al transporte de carga y puertos de gran tamaño, con una visión integrada de los servicios que cada uno de estos sectores deben prestar, permitiría contrarrestar el castigo que hoy Estados Unidos aplica a los productos chilenos. La idea es ampliar nuestra penetración en otros mercados.

Pero no debemos quedarnos ahí. Esta también es una oportunidad para que asumamos que es posible expandir nuestra frontera productiva. Es así como pensamos que, por ejemplo, la promoción pública de plantas de desalinización para aumentar la superficie regada, permitiría multiplicar varias veces las exportaciones agrícolas. Por otra parte, resolver las restricciones que hoy enfrentan los centros de datos para funcionar podría transformar a esa industria en un actor relevante a nivel internacional. Lograr materializar los corredores bioceánicos que acerquen el Atlántico a los puertos de China y del sudeste asiático a través del Pacífico, nos transformaría en una plataforma de servicios de calidad para los países del sur de le región. Y seguir apostando a las energías renovables no convencionales nos permitiría avanzar en la electrificación de nuestra matriz energética y así podríamos constituirnos en una opción para inversiones de carácter mundial intensivas en energía, entre otras, como es el hidrógeno verde.

La resiliencia de Chile ante situaciones adversas se ha demostrado en muchas ocasiones. Pensamos que esta es una buena oportunidad para poner, una vez más, los intereses del país por delante y dejar de enfatizar en diferencias odiosas que entrapan cualquier solución que permita resolver los problemas y avanzar en asegurarnos un crecimiento sostenible. Sólo así será posible generar los recursos que se requieren para satisfacer las demandas sociales.

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