Chile es un país con enorme trayectoria minera, desde el norte al sur de nuestro territorio nos encontramos con yacimientos de diferentes minerales de cuya extracción se sustenta parte importante de nuestra economía.
En décadas anteriores a la minería del cobre se le conocía como la "viga maestra" de la economía y el "sueldo de Chile" por los ingresos al Estado que significaba su explotación. De hecho, dada la gran importancia del mineral, es que no debemos olvidar que la Nacionalización del Cobre impulsada por el gobierno de la Unidad Popular encabezada por Salvador Allende tuvo un apoyo unánime en el Congreso pleno en julio de 1971.
Hoy nos encontramos en una situación en extremo diferente. El objetivo del desarrollo industrial del país se encuentra, al menos en el mediano plazo, fuera del horizonte de las políticas públicas, solo pensando en utilidades de corto plazo y beneficiando la mera extracción del recurso sin posibilidad de avanzar en productos derivados, con las consecuencias en tecnología, innovación y desarrollo que afectan al país.
Por otro lado, la falta de industria afecta al desarrollo y la economía de nuestro país, lo que se debe suplir de alguna manera. Esta debe ser que las industrias que se benefician de la extracción de mineral paguen tanto por el mineral extraído como por las utilidades obtenidas, no como sucede hoy que es un mero impuesto a las ventas realizadas.
Ahora, según los datos que entrega el Anuario de Estadísticas del Cobre de Cochilco, en el período 1999-2018, los impuestos pagados por la minería del cobre suman MMUS$ 105.301 (100%), de los cuales la Gran Minería Privada del Cobre (GMP-10) ha aportado a las arcas fiscales MMUS$ 43.351 (41%), mientras que, en igual período, Codelco ha ingresado al erario público MMUS$ 61.950 (59%).
¿Cómo se puede entender que Codelco aporte más a las arcas fiscales cuando hoy es la minería privada la que representa el 70% de la producción de cobre del país? Para el caso del litio lo mismo ¿cuáles son los impuestos a las utilidades que pagan SQM y Albermale cuyos ingresos se han multiplicado de forma abultada en los últimos años representando el 1,6% del PIB y el 6,4% de los ingresos del país?
Con estos datos es imperioso el contar, en el marco de una nueva reforma tributaria, con un royalty minero que asegure los reales ingresos fiscales tanto por la explotación y venta de los recursos mineros y, además, generar una fiscalización adecuada a la gran minería privada a fin de evitar cualquier intento de evasión o elusión de impuestos por sus utilidades.
Chile no puede esperar más, es tiempo de garantizar derechos sociales y una política de nuevo modelo de desarrollo que beneficie a todos los compatriotas. Por lo mismo el royalty minero no debe ser elaborado con temor a los fantasmas que levanta la industria minera sino que, por el contrario, se debe construir con la esperanza de un Chile mejor.
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