En octubre de este año se cumplen 160 años de educación parvularia pública en Chile, ya que el 6 de ese mes, pero de 1864, apareció publicado en El Araucano (el diario oficial de la época) el decreto que daba inicio a la primera "escuela de párvulos" del país, en el entonces Departamento de Santiago. Por tal motivo, este nivel educativo está preparando diversas actividades de conmemoración y celebración por esta acción que inició el presidente don Manuel Montt, a partir del informe "La Educación Popular" (1849), escrito por don Faustino Sarmiento, enviado por Chile a Europa, para conocer y reportar los avances del sector educación, para analizar la posibilidad de su aplicación en el país. En los capítulos de esta obra uno se encuentra dedicado y con detalle a "las salas de asilo educativas" para párvulos, que ya existían desde hace años en varios países del Viejo Continente.
Las necesidades educativas del país eran enormes en esos momentos, por la bajísima alfabetización de la mayoría de la población, existiendo además una alta carencia de escuelas primarias, por lo que la labor gubernamental se centró en los años siguientes en crear escuelas. La atención de párvulos requería además de un personal educativo idóneo, que no existía en el país, lo que después se tuvo con la Escuela Normal de Preceptoras, y la llegada de religiosas Hijas de la Caridad, algunas de las cuales eran institutrices que asumieron como directoras de estas primeras escuelas de párvulos. La primera de ellas fue la hermana Luisa y como ayudantes, las preceptoras Carmen Torres y Emilia Lavín.
Extensa es la historia de la educación parvularia chilena, con altos y bajos, pero se ha ido avanzando por el empuje, no solo del sector lo que es importante, sino por la visión de algunos grandes "tomadores de decisiones" que han comprendido que la educación es un derecho de los niños y niñas desde el nacimiento. Por ello, es insólito que 160 años después estemos trabados sobre si las salas cunas deben ser educativas o solo guarderías para los hijos de madres que trabajan fuera del hogar.
En Chile, la ley de sala cuna con sentido de "cuidar" los lactantes de madres trabajadoras se promulgó en 1917; las salas cunas con enfoque educativo empezaron a funcionar como tal desde la década del '50, con las prácticas profesionales de las primeras Educadoras de Párvulos de la U. de Chile, en hospitales, industrias, salitreras, etc.
Por lo expresado, es difícil siquiera imaginar que podría haber un retroceso al respecto y volver a tener "guarderías" y "cuidadoras" a cargo de ello. Pensamos que el Ministerio de Educación ha sido sumamente claro en la voluntad y el apoyo técnico de enriquecer el proyecto existente. Esperamos trabajo conjunto con el Ministerio de Trabajo con el fin de tener una ley como se merecen los niños y niñas y sus familias, en una etapa de vida llena de oportunidades de crecimiento y desarrollo humano.
Tenemos todo para hacerlo, y pensamos que los recursos financieros seguramente son los que limitan posiblemente el nuevo proyecto, ¿pero habría algo mejor en que el país pueda invertir? Como educadora y contribuyente, pienso que no.
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