El 19 de junio, el Ministerio de Educación compartió la nueva propuesta de actualización curricular en todas las asignaturas, desde primero básico a segundo medio, incluida la asignatura de Ciencias Naturales. Como la propuesta lo indica, el fin último de enseñar ciencia es que los estudiantes puedan usar ese conocimiento en su vida diaria para afrontar problemas y decisiones con base científica, como vacunarse o aportar en la disminución del calentamiento global.
La propuesta en ciencia, desde nuestro punto de vista, incluye un par de aciertos, como incluir explícitamente un eje de formación sobre Ciencias de la Tierra, en un país como Chile, ubicado sobre una zona de subducción, o tener una introducción (propósitos y enfoques de la asignatura) acorde a la literatura científica en didáctica de las ciencias, incluyendo temas como la naturaleza de la ciencia y la alfabetización científica. Sin embargo, lo que más nos deja son dudas y una sensación de estar perdiendo una gran oportunidad de hacer un cambio significativo en la educación científica en Chile.
En especial, nos parece que se pierde una gran oportunidad debido a la poca coherencia que existe entre lo declarado en los propósitos y los enfoques de la asignatura y los Objetivos de Aprendizaje (OA).
Los OA son los elementos que guían la planificación y ejecución de una clase. Sin bien se declara que hay una disminución de ellos de 243 a 153, la realidad nos muestra que, al desaparecer todos los OA de habilidades científicas, la reducción real de OA de contenido es de 156 a 153. Estos OA tienen una estructura que intenta incluir habilidades, contenido y actitudes relacionadas con el aspecto socio emocional dando como resultado propuestas como esta (OA 15 primero medio, ciencias de la vida):
"Crear modelos que expliquen los flujos de materia y energía en los ecosistemas, considerando la interrelación de los ciclos biogeoquímicos, las cadenas, redes y pirámides tróficas, y los procesos de fotosíntesis y respiración celular, por medio del uso de tecnologías digitales, y mostrando perseverancia y apertura al aprendizaje frente a temas que les desafíen intelectualmente"
Pero al leerlo uno se pregunta: ¿Dónde está el contexto y los territorios donde habitan nuestros estudiantes? ¿Dónde está el acercamiento a la vida diaria y la conexión de ella con los conceptos científicos revisados? ¿Dónde están tantas otras características que debe tener el contenido para ser enseñable y motivador para que los estudiantes construyan su propio aprendizaje?
Para finalizar, nuestras propuestas para una primera mejora son:
Finalmente, cualquier nueva propuesta debería considerar medidas concretas para apoyar a las profesoras y profesores de ciencia (especialmente en ejercicio, pero sin olvidar la formación inicial) en el desarrollo de las capacidades y la adquisición de conocimientos, tanto didácticos como disciplinares (en especial del eje de ciencias de la tierra y el clima), necesarios para la implementación de los nuevos OA. Esto implica, sin lugar a duda, mayores espacios de colaboración dentro de las escuelas y colegios, así como más tiempo efectivo para preparar la enseñanza.
Esperamos que el proceso de consulta ciudadana y los próximos pasos, antes de enviar el documento al Consejo Nacional de Educación, puedan ser espacios reales de escucha y colaboración para que el producto final tenga una mayor viabilidad de conseguir la alfabetización científica de las y los estudiantes.
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