PAES y brechas

La PAES 2025 en su estructura metodológica presenta avances, y también nos confronta con las sombras persistentes en nuestra educación escolar. Tras conocerse los resultados uno de los hallazgos llamativos es la similitud en los puntajes promedio de las áreas de Comprensión Lectora y Matemáticas. A pesar de que las cifras varían dependiendo de la prueba, los niveles de dificultad parecen estar alineados, en términos de la cantidad de respuestas correctas necesarias para obtener el puntaje medio.

En Matemática 1, por ejemplo, se necesitaban 34 respuestas correctas -de 60 posibles- para alcanzar el puntaje promedio de 625. Este dato refleja un pequeño aumento en relación con las ediciones previas de la prueba, lo que podría sugerir un pequeño avance en los resultados de los estudiantes. A menos, claro está, que sea efecto de una menor dificultad relativa. En el caso de la Competencia Lectora, se observó un puntaje promedio de 596 puntos, con 32 respuestas correctas de 60 posibles.

El resultado anterior podría parecer alentador, pero las diferencias entre los puntajes de las pruebas obligatorias y las electivas, como Ciencias, en que la media de 487 puntos se lograba con 32 respuestas correctas de 70, resaltan un desajuste que refleja el bajo nivel de nuestro sistema escolar.

Lo que realmente marca la pauta, y que se había anticipado en diversos análisis, es la persistencia de una de las brechas más profundas y complejas: La que existe entre los estudiantes de sectores más vulnerables y aquellos de colegios privados. El Demre indica que del 20% de los puntajes más altos, 3 de cada 5 son egresados de colegios pagados, y uno da cada 10 de colegios públicos. Eso es asombrosamente estable, pese a que en los 11 años considerados se han presentado tres versiones de la prueba.

Eso apunta a que las trayectorias escolares tienen un impacto decisivo en los resultados finales. Además, muestra el esfuerzo que debe hacerse en la educación superior y que sea poco eficaz acortar la duración de las carreras.

Hace tiempo se sabe es que las trayectorias están condicionadas por la calidad de los estímulos recibidos en los primeros años de vida. Si no existen las condiciones en el hogar, las salas cunas y los jardines infantiles son un camino necesario, por lo que, sin una inversión adecuada en estos niveles, resulta muy difícil tener un campo de juego nivelado, para cerrar las brechas vistas en la PAES.

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