¿Por qué estudiar pedagogía?

Florencia Mingo

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Termina un año que nos invita a reflexionar sobre el impacto y la relevancia de la profesión docente y de la educación parvularia. En mi camino desde la psicología hacia la pedagogía como segunda carrera, encontré una vocación que transforma vidas y sociedades. La elección de ser profesora no fue solo un giro profesional, sino un llamado a contribuir a un Chile donde la educación sea el motor de la equidad y la justicia. Y hoy son muchos los educadores que, con su talento y profesionalismo, están moldeando un futuro mejor.

En pocos días se entregan los resultados de la PAES, y por lo mismo, en esta ocasión hago un llamado a las futuras generaciones para que consideren la pedagogía como una manera de dar sentido a sus vidas y dejar una huella imborrable en miles de niños.

Aunque la generación actual a menudo es etiquetada como exitista, soy testigo de que son muchos los jóvenes que están profundamente conectados con causas sociales y ambientales. Ejemplo de ello es Diego Oyarzo, puntaje nacional en matemáticas y oriundo de Magallanes, quien contra todas las recomendaciones de sus cercanos eligió estudiar pedagogía.

Hay otros ejemplos de cómo la docencia es un espacio que permite crear e innovar. Alejandra Meza, profesora de tecnología, creó una red de casi 300 educadores de distintas regiones del país a través de la que aprenden unos de otros.

Pero no todo es positivo. A pesar de estos avances, el déficit y la retención de docentes sigue siendo un desafío importante a nivel país. Es cierto que ser educador es una carrera intensa y demandante, pero está llena de propósito.

A quienes sueñan con un Chile mejor, les digo: La docencia no es solo una profesión, es una oportunidad de cambiar vidas. Todos quienes nos dedicamos a la educación estamos llamados a sumarnos a este movimiento que transforma y construye futuro. Porque la educación es el acto más revolucionario y esperanzador que podemos regalarle a nuestras nuevas generaciones.