Tan sólo en los últimos 15 años y en memoria de los más de 1.800 niños que han muerto (informe titulado "Muertos bajo custodia" del Observatorio para la Confianza, mayo 2021), bajo el "noble y protector alero" del Sename, cabe preguntarse ¿Chile qué has hecho?
Dónde estaban y a qué se dedicaban los alcaldes de las comunas de esos niños que nunca volvieron; intendentes, ministros de Justicia, de Educación, presidentes de las cámara Alta y Baja, gobernadores regionales, directores de Sename y tantas otras autoridades. ¿Estarían con licencia por sufrir de mudez crónica?
Sería atingente, para refrescar la memoria de todos, publicar sus nombres de tal manera de tener más claridad a la hora de votar en las próximas elecciones presidenciales. Algunos que ayer normalizaron el horror y lo aceptaron como propio de un sistema pavoroso hoy están dispuestos para asumir importantes cargos públicos y en una suerte de bipolaridad crónica levantan la voz con propuestas de protección hacia las personas más vulnerables, en situación de pobreza y en grave riesgo.
En esos 15 años innumerables han sido las cartas publicadas -en diferentes medios- e intervenciones públicas que ha realizado la Fundación Paternitas, denunciando este verdadero genocidio. Siempre el mismo clamor: Crear las condiciones adecuadas y justas para dar fin a estos verdaderos campos de exterminio.
¿Es que no podemos contar con una institución -sea religiosa o laica- que se haga eco del desgarro nacional? La opción es siempre la ceguera, la sordera y el silencio vergonzoso. ¡Cuántos cristianos llamados a defender la vida se convierten, de un día para otro -a decir de Kafka- en un insecto monstruoso!
¿Qué pasó con la política que nos legaron nuestros antiguos estadistas? Ya lo dijo Winston Churchill: El político es aquel que piensa en las próximas generaciones y no en las próximas elecciones.
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