¡Bienvenidas, filtraciones!

Las filtraciones son el nuevo fantasma de los poderosos de Chile y del mundo. Les temen a esas verdades que se liberan por debajo de la mesa dejando al descubierto sus ilegalidades o faltas a la moral. Últimamente las más escandalosas a nivel internacional son los Papeles de Panamá, que revelan nombres de personalidades del mundo de la política, el deporte y hasta de las artes, que han escamoteado sus dineros a paraísos fiscales para evadir impuestos.

En nuestro país propusieron una ley que castiga con severas penas a quienes filtraren (funcionarios judiciales) datos y a quienes losdifundieren (periodistas). Un mal paso del Senado en su comisión de Constitución, Legislación y Justicia so pretexto de no entorpecer los procedimientos justamente ahora que se investigan casos de corrupción en Penta, Soquimich o Caval que afecta a varios personajes del mundo político y empresarial.

De inmediato protestó el Colegio de Periodistas:“Una democracia fuerte, más que poner trabas a que la ciudadanía se informe sobre temas de interés público, profundiza la transparencia a todo nivel, incluso en el actuar del sistema judicial” y recordó que“la posibilidad de informar y estar informado es un derecho humano”.

No he visto ni escuchado una condena similar por parte de la Asociación Nacional de la Prensa, institución que reúne a los propietarios de medios.Son  muchos los que no quieren que la información escape de su control aduciendo proteger la institucionalidad.

 

Para nosotros, los ciudadanos de a pie, bienvenidas estas filtraciones que nos revelan conductas de quienes nos gobiernan o manejan e impiden que oculten marañas siempre relacionadas con su bolsillo, o decidan entre cuatro paredes cómo salir del embrollo mediante arreglines.

La opinión pública internacional ha condenado a autoridades y líderes mundiales que aparecen en los Papeles de Panamá.  Por eso, el Primer Ministro de Islandia renunció, lo que habla bien de él, y recientemente lo hizo el Primer Ministro de Ucrania. Y debiéramos aplaudir similar conducta en nuestro país del director de Chile Transparente, pero era lo mínimo decente.

Hasta ahora siguen en sus puestos otros “salpicados” como el Primer Ministro del Reino Unido, David Cameron (aunque sería su padre fallecido el realmente implicado) y otros diez jefes de Estado, como el Presidente de China, el Presidente Macri de Argentina, el de los Emiratos Árabes y el Rey de Arabia Saudita.

De acuerdo a su tendencia, los medios manipulan esta noticia. No tienen pudor en denunciar nombres de astros del arte o del deporte, como Pedro Almodóvar y Mario Vargas Llosa en España, y Leonel Messi en Argentina o Iván Zamorano en Chile. Pero aquí se evitan los de Mauricio Macri, Agustín Edwards o el ex candidato presidencial Hernán Buchi. En cambio a nivel mundial han destacado con grandes fotografías a Vladimir Putin, Presidente de Rusia, aún cuando leemos que su nombre no aparece en esos documentos.

Las filtraciones ponen freno a quienes abusan de nuestra confianza porque a lo único que le temen es a ser desenmascarados públicamente. Si no fuera por ellas, Richard Nixon habría continuado haciendo daño y terminado su segundo período en la Casa Blanca.

Comenzó a bajar del pedestal gracias a Daniel Elsberg, activista de derechos humanos, que en 1971 entregó a The New York Times los “Documentos del Pentágono” que revelaban las barbaridades cometidas en Vietnam. Y cayó estrepitosamente luego gracias a “Garganta Profunda” y a los periodistas Woodward y Bernstein que destaparon otras ilegalidades y atropellos de su administración al publicarlas en The Washington Post entre 1972 y 1974.Nixon renunció y la guerra terminó un año después.

Gracias, y perdón, a Julian Assange, creador y director de Wiki leaks, (“filtraciones semanales”), quien por haber publicado documentos clasificados- filtrados por el soldado(a) Bradley Manning (a su vez, condenado (a) a cadena perpetua) -sobre violaciones a los derechos humanos y crímenes de lesa humanidad cometidos por militares y servicios secretos norteamericanos, lleva años asilado en la Embajada de Ecuador en Londres.

Gracias y perdón también a Edwards Snowden, ex agente de la National Security Agency (NSA) de Estados Unidos, que filtró a los medios cómo el gobierno de Estados Unidos espiaba a todo el mundo, incluyendo gobernantes, violando su derecho a la privacidad y a la autonomía de cada país. Hace años se oculta en algún punto del globo para no caer en las garras de quienes lo amenazan con las penas del infierno por sus revelaciones.

Bienvenidas sean las filtraciones. Nos permiten conocer y sacar lección de los yerros de los aparentemente intocables.

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