La hipocresía y el doble estándar del Gobierno y de una parte del pueblo estadounidense no tienen límites y por estos días se han visto enfrentados a recibir una pequeña dosis de la medicina que ellos mismos han desparramado por todo el mundo, durante décadas, sin el mas mínimo apego a principio alguno y guiados, siempre y exclusivamente, por los intereses de su clase dominante.
De hecho, resulta casi paradójico y risible que en los últimos meses estemos asistiendo al espectáculo irreproducible de ver como se muestran sorprendidos y hasta indignados por la sola posibilidad que un Estado extranjero, en este caso Rusia, haya interferido o haya tratado de interferir en las últimas elecciones de dicho país del norte con el objeto de vulnerar y torcer la voluntad popular y el derecho a la autodeterminación del pueblo estadounidense.
Incluso el prestigioso periódico “The Washington Post” ha definido que este podría ser en términos políticos, “el crimen del Siglo”, concediéndole además el beneficio de haber sido exitoso en su misión de desestabilizar la democracia, evitando la continuidad de las políticas impulsadas por el gobierno de Obama.
Suena jocoso por decir lo mínimo. El mismo país que se ha caracterizado, a lo largo de su historia y hasta nuestros días, por desestabilizar y derrocar gobiernos de otras naciones, electos democráticamente, porque no le resultaban afines a sus intereses, hoy se siente pasado a llevar porque un ciudadano de su país, candidato a la presidencia del mismo, se haya puesto a disposición de un Estado extranjero para incidir en los acontecimientos del propio, a cambio de quien sabe qué.
El mismo que ha financiado y sigue financiando ilegalmente campañas políticas para torcer la voluntad popular de otras democracias, como pasé en Chile y en el resto de América Latina y el mundo, hoy rasga vestiduras y se queja por el robo de información sensible y su utilización para generar ambientes capaces de cambiar el curso de la historia.
El mismo que ha lanzado bombas de destrucción masiva sobre ciudades enteras y que ha creado, financiado y armado hasta los dientes y a veces con armas prohibidas, a grupos terroristas que han destruido países enteros, urbe et orbi, hoy se muestra alarmado por que la clase dominante de otra nación, hoy igual de capitalista que EEUU, lejano, pero con intereses esparcidos por toda la faz de la tierra, igual que ellos, se atreve a hacer lo que EEUU viene haciendo en el mundo entero hace más de 60 años.
Verdaderamente hay que ser muy hipócrita para reaccionar así . Ejemplos de mis planteamientos existen por montones y a lo largo de todos los continentes.
Es de esperar que el Rusia-Gate le de una oportunidad al mundo para volver a discutir si el derecho de autodeterminación de los pueblos y la no injerencia en los asuntos internos de otras naciones debe volver a ser reconocido como un derecho humano fundamental o si este seguirá subordinándose a las realidades creadas por los medios que no pocas veces son capaces de hacernos odiar al reprimido mientras algunos se empeñan en salir a defender por todo el mundo, al opresor.
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