Europa ¿mundo de las oportunidades?

Quienes han vivido en el extranjero conocen lo que significa iniciar la vida desde cero en un país con una cultura totalmente diferente. Pero se piensa muchas veces que aquí o allá, se sale adelante con la misma dificultad, basta buscar buenas oportunidades, e incluso se cree que estas podrían ser aun mejores en Europa, porque el estereotipo del "mundo de las oportunidades" lo tenemos en el ADN desde la llegada de la televisión a nuestras vidas.

Pero ¿cuanto hay de real en todo esto? ¿Existe ese mundo de oportunidades y maravillas? o ¿vivimos concentrados en creer que el patio del vecino es siempre más verde que el nuestro?

Hay que saber que vivir en otro país es un proceso de adaptación largo y difícil, que toma aproximadamente 4 años, según estudios psicológicos y sociológicos, periodo en el cual se pierde la identidad de la cultura pasada, para adquirir una basada en la nueva cultura y las experiencias.

Para iniciar una vida se necesita trabajar . Eso que vemos como normal , en un lugar desconocido se transforma en una hazaña, en una experiencia formativa, porque después de todo sin dinero ninguna aventura es positiva, y es aquí donde comprendemos que el eje de nuestra vida en el extranjero gira en torno a encontrar un trabajo.

Pero ¿qué sucede realmente cuando se llega como un extranjero más a un país en donde ya está lleno de inmigrantes de todos los países y el trabajo escasea? Normalmente se generan problemas sociales, como la discriminación, intolerancia, xenofobia y marginación.

En Italia esta situación se presenta desde hace muchos años, los extranjeros realizan el trabajo que los italianos no quieren hacer, y en el caso que realicen labores del mismo nivel son pagados con sueldos inferiores al mínimo y continuamente denigrados y agredidos psicológica y verbalmente,lo que he podido constatar en mi trabajo de mediadora cultural.

Entonces si estamos expuestos constantemente a estas situaciones, aun cuando queramos superarnos y poner buena cara a la vida, nuestra nueva identidad carente de estima, construida en la inseguridad de no poder integrarnos en total igualdad ,nos creará complejos y por sobre todo nos hará reevaluar nuestros preconceptos y estereotipos de aquello que quiere decir vivir en Europa .

Es así como nos damos cuenta que el trabajo es un pilar fundamental de nuestra existencia , que si no nos desenvolvemos en aquello que deseamos el lugar donde nos encontramos cuenta muy poco , y que nuestra identidad se construye mayoritariamente en base a lo que realizamos y que le da a nuestra vida un sentido.

Lógicamente existen excepciones como en todo, y hay quienes han logrado alcanzar la meta propuesta, pero en Italia puedo asegurar que la gran mayoría de los inmigrantes terminan o casándose con italianos para lograr permisos de estadía, o limpiando hoteles, casas o cuidando ancianos por el resto de la vida, porque si se aspira a más las puertas están cerradas con excusas como la edad, o la falta de ciudadanía italiana.

Otra situación que está perjudicando a todos los ciudadanos tanto extranjeros como italianos es una disposición del Gobierno que debía en teoría fomentar la inserción de los jóvenes en el mundo del trabajo, que consiste en rebajas fiscales a los empleadores que contratan a menores de 26 años, el llamado "Contrato Aprendista", lo que no se anticipó es que los jóvenes que cumplían 27 años son automáticamente despedidos para contratar gente más joven. Este ciclo viciado hace que quienes superen esta edad quedan excluidos del mercado laboral.

Hoy en día con la crisis es casi imposible encontrar trabajo, los empleadores para no quebrar deben despedir o dejar de contratar.

En octubre se realizó  la marcha por el "Derecho al Trabajo" dirigida por el sindicato "Cgil" para protestar por los despidos masivos, la desocupación y los recortes estatales en desmedro de los trabajadores.

Esta es la vida, la realidad de vivir en Italia y en la mayor parte de Europa, y quienes piensan que vivir en el viejo continente es "grito y plata" quedarán desilusionados, y si en nuestro país las cosas son difíciles, en un país extranjero son 10 veces más complicadas porque se parte desde cero, pero "0" en su valor intrínseco.

Pero de cada experiencia hay siempre un lado positivo, pues se aprenden muchas lecciones de vida, nos abre la mente a una visión global del vivir juntos con tolerancia, y nos permite apreciar aquellos aspectos que dábamos por descontado, como el valor de ser humano, la dignidad y el respeto.

Y por último nos hace entender que el dinero es importante pero nunca más que la familia y los amigos que son parte esencial de nuestra identidad siendo justamente ese elemento lo que da un valor agregado a nuestra existencia.

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