Los últimos acontecimientos respecto de las agresiones en contra de los prisioneros palestinos dejan en evidencia el maltrato y tortura a la que son víctimas permanentemente. La Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos presentó el miércoles su informe sobre los casos de detención, desde el 7 de octubre de 2023 al 30 de junio de 2024, el cual evidencia un aumento sistemático de los casos de detención arbitraria, incluyendo administrativa, llevada a cabo por las fuerzas de seguridad israelíes desde el 7 de octubre de 2023, ya sea en Cisjordania, incluida Jerusalén o en la Franja de Gaza.
Durante ese período, 9.440 hombres y mujeres fueron tomados prisioneros o detenidos por las autoridades de ocupación, de los cuales 3.377 son casos de detención administrativa, sin cargos ni fecha de juicio. Esto incluye mujeres, niños, personal médico, periodistas, pacientes, empleados de Unrwa y defensores de derechos humanos.
El Ministerio de Asuntos Exteriores y Expatriados del Estado de Palestina acogió con satisfacción este reporte, y en una declaración destacó la comprobación de "del sufrimiento de los prisioneros palestinos en las prisiones de ocupación, el trato inhumano y degradante al que son sometidos; la tortura sistemática, incluidas severas golpizas que causan la muerte, privación de comida, bebida y sueño, violencia sexual, incluida la violencia indecente, agresiones, acoso, entre otros y; violencia psicológica, chantajes, amenazas; exposición a descargas eléctricas; vendarles los ojos y esposarlos durante días y meses; suministrar a los presos pastillas alucinógenas; confiscar sus bienes; impedirles comunicarse con sus familiares o abogados; utilizarlos como escudos humanos, además de desnudar y humillar a los prisioneros, soltarles perros, privarlos de tratamiento y negligencia médica deliberada contra ellos, lo que llevó a la ejecución de muchos de ellos en cárceles de ocupación, en flagrante violación de los Derechos Humanos, las disposiciones del Derecho Internacional Humanitario y del Derecho Internacional de los Derechos Humanos y un crimen de guerra".
El estado calamitoso de salud en que los palestinos detenidos Ma'zuz Abayat (37) y Muath Amarna (36) fueron liberados hace unas semanas, luego de nueve meses de detención administrativa, evidencia las torturas a las que son sometidos. Abayat apenas podía caminar por las palizas en sus piernas y pies. El periodista palestino Amarna tiene diabetes crónica y su condición empeoró radicalmente debido a las condiciones inhumanas de su encarcelamiento. En ambos, el hambre y la negligencia médica eran evidentes tras 9 meses de detención administrativa.
Actualmente, hay 9.580 palestinos detenidos en los centros de detención ilegales de la ocupación israelí. De los cuales, 81 son mujeres, 200 son niños menores de 18 años, 52 son periodistas, más de 3.424 detenidos administrativos y 1.650 categorizados como "combatientes ilegales".
La detención administrativa es un procedimiento que permite a las fuerzas de ocupación israelíes retener a prisioneros indefinidamente sin cargos ni fecha de juicio, ni el detenido ni su abogado pueden acceder a la evidencia o información que lleva al arresto. Casi la mitad de los detenidos palestinos están bajo esta categoría, lo que hace imposible obtener un juicio, lo que permite a las fuerzas de ocupación retener a cualquier persona, incluso niños de 9 años por el tiempo que quieran sin poder presentar evidencias exculpatorias porque nunca se le acusa ni recursos de liberación.
Se considera "combatientes ilegales" a cualquier persona que directa o indirectamente participe en una actividad hostil contra el Estado de ocupación. Desde una enmienda en diciembre de 2023, oficiales de bajo rango fueron autorizados a detener a palestinos bajo esta figura, con el poder de detenerlos hasta por 45 días sin una orden y pudiendo juzgarlos por videoconferencia.
Ambas figuras van contra el Derecho Internacional Humanitario (DIH) y el Derecho Internacional de los Derechos Humanos (DIDH), que garantizan que cualquier persona detenida, independientemente del motivo de la detención y del tiempo no puede ser sometida a una "privación arbitraria de la libertad" a la vez que indica que debe ser protegido contra los atentados contra la vida y la integridad corporal, en particular asesinato, violación, mutilación, tratos crueles y tortura.
Pero con este tipo de detenciones sin ningún marco legal, más de 9.890 personas han sido detenidas desde el 7 de octubre, entre ellos 660 niños. Lo que supera 34 detenciones diarias. Desde esa fecha, se prohibieron las visitas de familiares y abogados a las cárceles, evitando así que se pueda comprobar el estado de salud de los prisioneros, permitiendo los malos tratos, torturas, hacinamiento y hambre.
Una investigación del Centro Al-Mezan para los Derechos Humanos denunció que 95% palestinos detenidos son sometidos a diversas formas de tortura sistemática, incluidos abusos físicos y mentales. Al ingresar, se les quita todas sus pertenencias, incluida su ropa, obligándolos a dormir en celdas de cemento sin ventilación y en camas de hierro sin colchones ni frazadas. Los centros están sobrepasados en capacidad por lo que muchos deben dormir en el suelo.
Las autoridades de ocupación israelíes intensificaron sus brutales ataques contra los prisioneros, estas torturas sistemáticas incluyen fuertes palizas diarias, uso de perros policía, granadas sonoras, gases y porras. Las fuerzas de ocupación israelíes usan además la privación de agua y comida para torturar: los comedores fueron cerrados y redujeron a dos comidas diarias, escasas y de mala calidad. Los refrigeradores no están autorizados para funcionar y los detenidos son obligados a beber agua amarillenta de la llave.
Todas estas y otras torturas sistemáticas de las que son víctimas los detenidos palestinos en las cárceles israelíes se evidencian en las visitas y por supuestos, en su liberación. ¿Cómo olvidar los ojos inmensa y perturbadoramente abiertos de Badr Dahlan (29), prisionero de Gaza que luego de estar un mes detenido fue liberado en un evidente estado de perturbación y de tortura en rostro, manos y el resto de su escuálido cuerpo.
Los datos desde el 7 de octubre equivalen a 1 palestino detenido cada 90 minutos. Pero debemos considerar que esta práctica no empezó en esa fecha. Desde 1967, el gobierno de ocupación ha detenido y arrestado a más de un millón de palestinos, casi 20% de la población total palestina.
Todas y cada una de las familias palestinas han sido afectadas por las detenciones, directa o indirectamente. Cada uno de los palestinos vive de alguna manera las detenciones y sufre de las torturas que son expuestas en carne propia o de sus familiares. Sobrevivir con alucinaciones y escasa movilidad, entre otras secuelas permanentes, dificultan recuperar la vida que se tenía antes.
Este 3 de agosto fue declarado Día Mundial de Apoyo a Gaza y a los Detenidos, para evidenciar todas las torturas y malos tratos que son víctimas contra todas las normativas de derechos humanos. Este 3 de agosto, como todos los días, renovamos nuestro llamado a los organismos internacionales para que actúen y detengan estas violaciones flagrantes a los derechos humanos fundamentales de los palestinos son una prueba más que el estado ocupante de Israel no respeta el Derecho Internacional y resoluciones ONU. Este 3 de agosto, además, pedimos una vez más a la comunidad internacional un alto al fuego inmediato y definitivo que termine con el genocidio del pueblo palestino y de la ocupación.
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