Ante la inminente anexión israelí sobre el territorio palestino de Cisjordania, se han generado múltiples comunicados y protestas en todo el mundo en contra de la persistencia de la política colonial del gobierno de ultraderecha de Benjamín Netanyahu, quien pareciera estar aprovechando este contexto de emergencia socio sanitaria del Covid-19, para profundizar el negacionismo histórico sionista sobre la catástrofe (Nakba) que sufriera la población palestina en 1948.
Una catástrofe que generó la expulsión de 750.000 palestinos y que afectó a los descendientes de estos refugiados nacidos en la diáspora, la cual ha sido negada sistemáticamente por los sectores más conservadores del mundo, quienes han usado instrumentalmente una tragedia como el Holocausto (Shoá) para justificar la construcción de un Estado uni-nacional judío expansionista, que en los últimos 70 años se ha dedicado a ocupar tierras, apropiarse del agua, construir asentamientos ilegales y hasta construir un muro de 721 kilómetros, lo que no hace otra cosa que evidenciar un sistema de Apartheid.
Es por esto que entre las muchas iniciativas en contra de estas políticas coloniales del Estado de Israel, han aparecido algunas incluso desde el mismo mundo judío, que han cuestionado un nacionalsionismo que ha sido capaz de pactar con sectores de ultraderecha, que históricamente fomentaron la judeofobia y llevaron finalmente al Holocausto.
No es casualidad que personas como Donald Trump y Jair Bolsonaro, fervientes negacionistas del racismo, clasismo, antropocentrismo y androcentrismo imperante, sean incondicionales del gobierno de Netanyahu y promotores del llamado “Acuerdo del Siglo”.
De ahí la necesidad de visibilizar la propuesta de judíos del mundo para intercambiar retornos denominada “Trueque de Ley de Derecho: Un acuerdo diferente”, la cual ha sido impulsada por Silvana Rabinovich, en donde ante esta catástrofe invisbilizada por el negacionismo nacionalsionista, se plantea la renuncia de esos judíos a su potencial ciudadanía israelí a cambio de restituir el derecho al retorno de los palestinos a su lugar de origen.
Una propuesta que lo que busca finalmente es renunciar a privilegios y abrir un nuevo horizonte político, alejado de cualquier tipo de nacionalismo segregador, para abrir paso a la posibilidad de construcción de un nuevo Estado Plurinacional en Palestina o una Confederación de Comunidades Autónomas, en donde el encuentro entre judíos, cristianos, musulmanes y otras comunidades, sea realmente democrático y sustentable territorialmente.
La solución de los dos Estados de las últimas décadas ha fracasado, ya que ha estado anclada a la negación del otro, lo que ha traído consigo más odio, persecución y muerte. Por lo mismo, lo que se necesita en estos momentos son gestos por la vida y vernos como un todo, no solo entre humanos, sino también como parte de la Tierra.
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