Coescrita con Rodolfo Marcone-Lo Presti, abogado y doctorando en Filosofía del Derecho
El delito de perfidia es una infracción al derecho internacional humanitario y es calificado como un crimen de guerra, en el cual se utiliza el engaño para obtener una ventaja sobre un enemigo en el marco de la guerra o de un conflicto armado, y está regulado en el Primer Protocolo Adicional a los Convenios de Ginebra del 12 de agosto de 1949, artículo 37, donde se señala específicamente: "Está prohibido matar, herir o capturar a un adversario recurriendo a la perfidia. Los actos que invitan a la fe de un adversario que le llevan a creer que tiene derecho, o está obligado a conceder la protección en virtud de las normas de derecho internacional aplicables en los conflictos armados, con la intención de traicionar esa confianza, constituyen perfidia. Los siguientes actos son ejemplos de perfidia: (a) simular la intención de negociar bajo bandera blanca o de rendición; (b) simular una incapacitación por heridas o enfermedad; (c) simular ser un civil, no combatiente; y (d) simular un estatus de protección mediante el uso de signos, emblemas o uniformes de las Naciones Unidas, de Estados neutrales o de otros que no son partes en el conflicto".
Teniendo a la vista la norma arriba transcrita, y los graves hechos conocidos por todos en la operación encubierta realizada por las FDI de Israel en un hospital de Jenin estos últimos días, señalamos que dichas acciones son una violación del derecho internacional, al fingir un estatus protegido, en este caso disfrazándose de médico o de paciente, "para ganarse la confianza del adversario y luego proceder a matarlo o herirlo", como afirma Aurel Sari, profesor asociado de derecho internacional público en la Universidad de Exeter.
El experto dijo a ABC News: "Esto viola la prohibición de matar o insultar al adversario recurriendo a la perfidia. La norma es parte del derecho internacional consuetudinario, tanto en conflictos armados internacionales como no internacionales, lo que significa que Israel está obligado a respetarla (...) basándonos en lo que se ha informado, parece que las fuerzas israelíes implicadas en la operación en el hospital Ibn Sina de Jenin recurrieron a la perfidia en violación del derecho de los conflictos armados".
"No está claro si las FDI utilizaron disfraces para acceder al hospital o para ganarse la confianza de los adversarios a los que apuntaban directamente. La otra posible violación del derecho internacional que las FDI pueden haber cometido en este caso es violar la prohibición de atacar a combatientes que hayan quedado incapacitados por heridas o enfermedades, o atacar a personas 'fuera de combate'", agrega el profesor asociado de derecho internacional Tom Dannenbaum.
Uno de los palestinos asesinados, Basel Ghazawi, estaba siendo tratado en el hospital Ibn Sina y estaba paralizado. Las FDI negaron los informes de que Ghazawi estuviera paralizado; y durante el operativo, fuerzas especiales israelíes, vestidas como civiles y personal médico, se infiltraron en el hospital Ibn Sina en la ciudad ocupada de Jenin, donde mataron a tres hombres palestinos, dijeron funcionarios tanto israelíes como palestinos. Israel agregó que uno de los hombres era combatiente de Hamas, mientras que los otros dos hermanos que murieron estaban vinculados a la Jihad Islámica.
Al disfrazarse de civiles y personal médico, ambos con estatus protegido, las tropas israelíes pueden haber recurrido a la perfidia o al engaño: "Las fuerzas israelíes involucradas en la operación estaban vestidas de civil y al menos algunas estaban vestidas como personal médico, que disfruta de protección bajo el derecho de los conflictos armados (...) viola la prohibición de recurrir a la perfidia", apunta Sari.
El derecho internacional humanitario también prohíbe matar a los heridos y enfermos que, al igual que el personal médico y los civiles, disfrutan de un estatus protegido. "Siempre que se abstuvieran de cualquier acto de hostilidades, matarlos era una violación del derecho de los conflictos armados", añadió Sari. Cuando se le preguntó si planear un ataque contra Israel constituía un acto de hostilidad, el académico dijo que si los tres hombres eran miembros de grupos armados organizados, eran "susceptibles de ser atacados por su estatus". Pero el hecho de que Israel disfraza a sus soldados y matara a una persona presuntamente herida significa que el ataque podría haber violado el derecho internacional.
Desde una perspectiva filosófica, las acciones del de las FDI deben ser repudiadas, y más allá del derecho internacional, debemos entender que el concepto de perfidia plantea preguntas sobre la ética de la guerra y los límites de la conducta aceptable en tiempos de conflicto. En esta tarea, muchos filósofos a lo largo de la historia han lidiado con las implicaciones morales de la guerra y el tratamiento de los adversarios. Aquí, podemos considerar las perspectivas de varios filósofos.
En este sentido, Thomas Hobbes, conocido por su teoría del contrato social, argumentó que en un estado de naturaleza, donde no hay una autoridad superior para hacer cumplir las reglas morales, los individuos actúan en su propio interés. Esta perspectiva se puede aplicar a la guerra, donde los actores pueden recurrir al engaño y la perfidia para obtener una ventaja. Por otro lado, Immanuel Kant al idear el concepto de imperativo categórico, enfatiza la importancia de los principios morales que se aplican universalmente.
Desde la perspectiva de Kant, la perfidia se consideraría antiética porque implica tratar a otros como simples medios para un fin, violando el principio de tratar a los individuos con dignidad y respeto. Por último, la filósofa judía Alemana Hannah Arendt, en sus reflexiones sobre la naturaleza del totalitarismo y la banalidad del mal, arroja luz sobre los efectos deshumanizadores de la guerra. En el contexto de la perfidia, Arendt podría argumentar que tales acciones reflejan una falta de respeto por el valor inherente de los individuos, reduciéndose a objetos para ser manipulados en beneficio estratégico. Por otro lado, Carl von Clausewitz, teórico militar, describió la guerra como "la continuación de la política por otros medios". Desde su perspectiva, la perfidia podría verse como una táctica empleada para lograr objetivos políticos, ilustrando la compleja relación entre ética y estrategia en la guerra.
Estos filósofos ofrecen una variedad de ideas sobre las dimensiones éticas de la perfidia y sus implicaciones para analizar la conducta humana en medio de la guerra. Sus perspectivas nos invitan a examinar críticamente las justificaciones y consecuencias de las prácticas engañosas en el conflicto armado que lleva adelante Israel en territorios palestinos de Gaza y Cisjordania, y reclamar el respeto irrestricto del derecho internacional humanitario en esta guerra de ocupación y genocidio que lleva adelante el gobierno de Benjamin Netanyahu.
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