Las evidencias del incumplimiento con el régimen internacional son claras desde hace décadas, en especial por parte de los Estados que conforman permanentemente el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Sin embrago, el genocidio en desarrollo que lleva adelante Israel, con espectadores a lo largo de todo el mundo, hace que el incumplimiento del cese al fuego sobre la Franja de Gaza (dictaminado por ese consejo el pasado 25 de marzo), revele la impunidad como característica principal en estos nuevos tiempos de fin de la era de las Naciones Unidas, lo cual se hace sinónimo del término del régimen internacional de derechos humanos, el cual queda a interpretación o discreción de los Estados incumbentes en las agresiones.
El acuerdo de post segunda guerra mundial sostuvo que, si un Estado no acataba las resoluciones del consejo, el sistema de seguridad colectiva ejercería acciones contra el "paria" del sistema por medio del capítulo 7 de la Carta de las Naciones Unidas.
En los tiempos actuales es manifiesta la falta de voluntad del consejo de hacer valer su mandato (artículos 41, 42 y 43 de la Carta de Naciones Unidas), el cual cuenta con un abanico de posibilidades sancionatorias -como la prohibición de comercializar armas con el país que está cometiendo crímenes tales como genocidio-, sin embargo, sabemos que el socio aliado de Israel, Estados Unidos, no permitirá la aprobación de esta medida.
Así se ha impuesto la impunidad como factor relevante al momento de explicar la decadencia del régimen internacional, el cual se ha ido movilizando en un contexto y actitud de incumplimiento a las resoluciones de los órganos del sistema de Naciones Unidas. En los hechos, existe una cada vez más extensa lista de países que incumplen las resoluciones y dictámenes del sistema internacional, aunque en esta ocasión estamos frente a crímenes tipificados como de lesa humanidad.
En definitiva, hoy las leyes internacionales no son reconocidas por todos, en especial los poderosos, o amigos de ellos, que no están sometidos al imperio de la ley. En este contexto, la evaluación de los crímenes de guerra y lesa humanidad ha perdido relevancia desde la perspectiva jurídica y más bien son ponderados desde la política de alianzas e intereses geopolíticos. Contrariando el sentido del derecho internacional contemporáneo y de paso augurando tiempo de tempestades como las desencadenadas en Europa y Palestina.
En consecuencia, tras el incumplimiento del cese al fuego queda en evidencia que no se acatan las sentencias de la Corte Internacional de Justicia reconocida por los Estados miembros del sistema de Naciones Unidas y tampoco las resoluciones "vinculantes" del Consejo de Seguridad.
Con más de 32 mil asesinados en Franja de Gaza y más de 75 mil heridos, no habido forma de frenar las acciones hostiles de las Fuerzas Armadas israelíes y no queda institucionalidad a la que apelar.
En consecuencia, el derecho internacional ha sucumbido en sus principios más elementales, los que garantizaban la defensa de la persona humana por sobre cualquier otra consideración. En efecto, se relativizó las normas imperativas y se ha impuesto los intereses de la industria militar y los neorrealistas, como Mackenzie, quienes no creen que las instituciones internacionales y que los regímenes puedan mitigar los efectos en la pugna de intereses. Una vez tuvieron la razón de la sin razón.
¡Sólo nos resta rezar!
Desde Facebook:
Guía de uso: Este es un espacio de libertad y por ello te pedimos aprovecharlo, para que tu opinión forme parte del debate público que día a día se da en la red. Esperamos que tus comentarios se den en un ánimo de sana convivencia y respeto, y nos reservamos el derecho de eliminar el contenido que consideremos no apropiado