El año 2024 lo cerramos con avances para la seguridad hídrica, tan necesaria para contar con aguas en cantidad y calidad adecuadas en cada cuenca para el consumo humano, la salud, la subsistencia, el desarrollo socioeconómico, la conservación y preservación de los ecosistemas promoviendo la prevención de la contaminación y la resiliencia frente a amenazas asociadas a sequías y crecidas.
Como país hemos experimentado los efectos del cambio climático, con sequías prolongadas o lluvias abundantes en corto tiempo y esto exige adaptarnos a ello y tomar medidas de mitigación. Para esto se requiere generar una forma de gobernanza desde las cuencas, que permita hacer una gestión integrada de recursos hídricos, mirando todos los desarrollos posibles en la cuenca, y priorizando el consumo humano.
En este sentido, hemos dado un paso importante con la conformación de 11 Mesas Estratégicas de Recursos Hídricos (MERH), con representantes del sector público, organizaciones de usuarios de aguas, servicios sanitarios rurales, universidades, actividades productivas y organizaciones de la sociedad civil en cuencas de las regiones de Arica y Parinacota, Tarapacá, Atacama, Coquimbo, Valparaíso, Metropolitana, Los Ríos, Los Lagos, Aysén y Magallanes.
Estas mesas están trabajando con una mirada propia y aportando en la elaboración de los estudios que se están ejecutando para los Planes Estratégicos de Recursos Hídricos en Cuencas, instrumentos de gestión con medidas y acciones que permitan a cada MERH priorizarlas para realizar una gestión integrada del agua y avanzar en seguridad hídrica desde las cuencas en un escenario de cambio climático.
Precisamente, para contar con mayor información que permita a los organismos competentes alertar a la ciudadanía sobre eventos extremos, este año 2024 aumentamos en 15% las estaciones con transmisión de datos en línea, alcanzando 1.581 estaciones de este tipo de un total de 2.150 estaciones de la Red Hidrométrica Nacional de la DGA que miden: Caudal, precipitación, calidad de agua, altura de nieve, volúmenes de agua acumulada en embalses y nivel de aguas subterráneas, estado de glaciares, entre otros.
Asimismo, los equipos de profesionales de la DGA han hecho un esfuerzo por atender el creciente ingreso de solicitudes de registro de derechos de aprovechamiento de aguas en el Catastro Público de Aguas, originado con la entrada en vigencia de la reforma al Código de Aguas en abril de 2022. Recordar que, desde hace más de 40 años, en el Código de Aguas de 1981, se fijó el trámite para que las personas que requieren regularizar los usos que no estén inscritos, lo hicieran. Como eso no ocurrió, los legisladores fijaron plazos para que las personas regularicen su situación inscribiendo el derecho de aprovechamiento de aguas en el Conservador de Bienes Raíces y registrarlo en el Catastro Público de Aguas antes de abril de 2025.
Para dimensionar el aumento de solicitudes de registro de derechos ingresadas al Catastro Público de Aguas (CPA), tenemos que el 2022 ingresaron 23 mil, 50 mil en 2023 (9 veces el promedio histórico) y 25 mil en 2024. Mientras que entre 2015 y 2021 el promedio de ingresos era de 5.600 solicitudes anuales. Esto nos obligó a reforzar los equipos e incorporar tecnologías para dar respuesta a nuestros usuarios, lo cual ha dado frutos, ya que en 2022 se resolvieron casi 7 mil solicitudes y este 2024 resolvimos 30 mil, cuatriplicando la emisión de certificados de derechos de aprovechamiento de aguas registrados en el CPA.
Este trabajo, importante para con contar con información fidedigna y oportuna para la gestión de los recursos hídricos, en tiempos donde la demanda por el agua aumenta por el crecimiento demográfico y productivo del país, y escasea por los efectos del cambio climático -que hoy tiene a 33 comunas de las regiones de Coquimbo y Los Lagos con decreto de escasez-, ha ido de la mano de una constante fiscalización del correcto uso de las aguas en el territorio.
Cuando vivimos una sequía estructural se requiere una mayor conciencia y extremar el cuidado del agua, no solo a nivel doméstico, sino que también en las grandes empresas, sanitarias, actividad minera y agrícola. Es por eso que la demanda debe ser eficiente y pensar en soluciones innovadoras, que nos permitan hacer más con menos agua; encontrar nuevas fuentes de agua y en soluciones basadas en la naturaleza, de acuerdo a la realidad de cada cuenca y, en general, aprovechar bien el recurso.
En esa línea, durante el 2024 lanzamos el concurso Fondo para la Investigación, Innovación y Educación en Recursos Hídricos (FIIE) en el cual dos proyectos de la región de Coquimbo se adjudicaron fondos: la Fundación un Alto en el Desierto, con una iniciativa de reciclaje de aguas grises mediante biofiltración en establecimientos educacionales y en hogares de la región de Coquimbo y el Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA) con la caracterización biológica, física y química del humedal de la desembocadura Salinas de Huentelauquén. Sepan que la convocatoria de FIIE 2025 prontamente estará publicada en el sitio web de la DGA.
Así es como hemos ido trabajando para avanzar en seguridad hídrica, conscientes de nuestros desafíos como servicio público, haciendo todo lo que está a nuestro alcance por dar una mejor calidad de vida a nuestro país; sin embargo, también se requiere la participación de la ciudadanía y el sector privado para asegurar la disponibilidad hídrica del presente y futuro.
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