Esopo en una de sus fábulas relata que la zorra invitó a cenar a la cigüeña, sirviendo una deliciosa sopa en un plato que el ave no pudo disfrutar debido a que su pico fue incapaz de sorber la comida que la anfitriona sí pudo lamer. La fábula continúa cuando le toca el turno de preparar la cena a la cigüeña, quien sirve un exquisito guiso en un frasco de tal manera que solo ella pudo comerlo, privando así a la zorra quien con su hocico fue incapaz de llegar a la comida.
Luego de 26 siglos, el economista Joseph Ramos durante una entrevista online manifiesta que en Chile la ansiada mejora a la salud y a la educación se logra obligando a que presidentes, ministros, subsecretarios, senadores y diputados se atiendan en Fonasa y manden a sus hijos a colegios públicos no emblemáticos. Este académico chileno-estadounidense argumenta: "Mientras la élite política tenga Isapres y vaya a colegios particulares pagados, la presión para que eso mejore (salud y educación públicas) va a ser mínima... como ha sido".
Aunque el Presidente Boric y algunos otros miembros del Poder Ejecutivo se atienden en el sistema de salud público, lo hacen de manera voluntaria. Lo que el Dr. Ramos plantea es una obligatoriedad; quedando corto en su planteamiento pues tal requisito debiera extenderse a jueces, generales, superintendentes, rectores de universidades públicas, alcaldes, gerentes de empresas estatales, gobernadores y todas las altas autoridades del Estado.
En este mismo sentido, el filósofo moral John Rawls en su Teoría de la Justicia postuló en 1971 que las desigualdades de oportunidades se generan debido a que quienes ostentan el poder ordenan a la sociedad desde sus puestos de privilegio. Si ellos tuvieran que nacer de nuevo sin saber dónde y en qué condiciones: ¿cómo arreglarían la sociedad para que ella los recibiera? Evidentemente, quienes están a cargo del país configurarían un ecosistema mucho más justo ante el riesgo de comenzar sus vidas desde una posición desventajosa. Si ellos no tuvieran la certeza que sus hijos serán educados en los mejores colegios que son los pagados y que ellos mismos ante en una enfermedad tampoco tuvieran la certeza que serán atendidos en una espléndida clínica particular, tendrán incentivos para mejorar el sistema público.
Estos incentivos serán más fuertes si se les garantiza que siendo zorras deberán comer únicamente en un delgado jarro para cigüeñas y si siendo cigüeñas deberán hacerlo solamente en un plato plano para zorras. En ese escenario, sin más trámite ni dilación, con aquella agilidad que los caracteriza para defender sus intereses; los políticos dispondrán un modelo de recipiente para comer que pueda ser fácilmente accesible por ambas especies.
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