La elección del 15 y 16 de mayo de 2021 muestra hechos muy curiosos. La extrema izquierda celebra la victoria, sin embargo, al analizar los datos en profundidad nos encontramos con una realidad distinta.
La derecha que no logra el tercio en la convención al recibir sólo 1.173.198 votos de la ciudadanía, en concejales obtiene 1.864.099 escrutinios, lo que refleja una diferencia de 690.901 electores. Entonces, la pregunta es ¿qué motivo al elector de derecha a no votar por un candidato a convencional de derecha?
Una respuesta fundamental es el rechazo a Sebastián Piñera y a la falta de canalización política que dicho sector tiene de su electorado. La derecha, propiamente tal, no logra dar fluidez al descontento social que su propio electorado siente por los errores del gobierno y de su dirigencia política. Por lo tanto, a la luz de estos datos, perfectamente la elección presidencial podría ser ganada por un candidato de derecha o de centro, si el mensaje y la acción política son convincentes y comprenden el estado de ánimo social, principalmente de su propio sector.
Es cierto que mucho electorado de derecha y de centro no asistió a votar y aún más, muchos de ellos hace tiempo que no ejercen su derecho democrático, pero lo importante aquí es que este resultado da cuenta que el triunfo de la izquierda extrema en la convención es políticamente ficticio en el futuro. O sea, tendremos una convención bajo las pasiones jacobinas que no tienen nada que ver con la lógica que se podría manifestar en la próxima elección presidencial y parlamentaria.
Por lo tanto, Chile sufre una esquizofrenia política que se resuelve a través de actores políticas coherentes con su identidad política y no siendo parte del travestismo político que el Partido Comunista y sus aliados o cercanos ejercen para beneficiarse a lo pirro de las demandas sociales. Esto quiere decir que la izquierda extrema de la convención tiene los días contados.
Lo mismo sucede con Unidad Constituyente que en convencionales obtiene 824.812 preferencias y en la elección de concejales alcanza 1.658.536 votos. Esto confirma que el voto que los partidos pueden movilizar es aún importante, sólo que el elector castiga la incoherencia y la incapacidad de canalizar el descontento y la falta de servicio al bien común.
En consecuencia, el pueblo chileno se manifestó emocionalmente en la elección de convencionales contra la clase política tradicional, pero la elección de concejales demuestra que tienen capacidad de movilización que de ser bien orientada responderá responsablemente.
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