Frente al auge del Partido Comunista chileno en la política nacional en los últimos 15 años, lo que incluso le ha permitido tener una candidata presidencial, muchos han planteado que eso se debería a que dicha tienda está dando muestras de su absoluta adhesión a las reglas democráticas. Sin embargo, y considerando la ideología marxista leninista que Jeannette Jara y su partido profesan, más bien estaríamos siendo testigos del leninismo aplicado de forma paciente y metódica.
Días atrás, el senador comunista Daniel Núñez dijo: "Nosotros interpretamos la sociedad -y espero que nadie se escandalice por lo que voy a decir- desde el marxismo". Pero qué implica esto en sentido estricto. Pues bien, podemos presumir que nuestros comunistas, en base a los criterios marxistas-leninistas consideran que las relaciones económicas y sociales no son de mutuo beneficio e intercambio, sino que son relaciones de dominación o explotación. Es decir, que hay intereses antagónicos insalvables, donde unos le quitan la plusvalía a otros. Por lo tanto, deben presumir que hay lucha de clases entre unos que son explotadores y otros que son explotados.
Los marxistas leninistas consideran que los explotados no tienen conciencia de aquello por lo que son alienados de su trabajo y también de su propia condición, por lo que son deshumanizados. O en la jerga actual, precarizados. Como las masas carecen de conciencia de clase ni la desarrollan de modo espontáneo a pesar de las condiciones materiales, entonces es el partido el que debe dirigir a las masas hacia su emancipación mediante la instauración de un régimen que socialice los medios de producción y acabe con la propiedad privada de estos. Además, el marxismo leninismo concibe que el capitalismo manifiesta su máximo desarrollo y con ello sus contradicciones través del imperialismo por lo que, frente a eso, los proletarios del mundo deben unirse. ¿Cuánto de esta mirada incidió en la presencia de Gabriel Boric en las BRICS? Algo de eso hay sin duda.
Siguiendo con los preceptos del marxismo leninismo, podríamos decir que el PC ha logrado subordinar a los elementos burgueses en el seno de la coalición de gobierno bajo la ideología del partido. Primero, anularon a los elementos burgueses que daban sustento a la Concertación y a los cuales, de seguro, se les consideraba como neoliberales desviados por la ideología burguesa. Lo mismo ha terminado por ocurrir en el seno de la relación entre el PC y el Frente Amplio, cuya disputa ideológica terminó con el candidato Gonzalo Winter apabullantemente derrotado por Jara. No les fue difícil imponerse por sobre la frivolidad performática de los frenteamplistas.
Ni hablar de lo ocurrido con la candidata del mal llamado Socialismo Democrático en ese balance de fuerzas. Para los marxistas leninistas, todos son enemigos de clase si no son del partido o no adhieren al ciento por ciento con sus concepciones ideológicas y por tanto son vistos como revisionistas, tibios socialdemócratas o simples pequeños burgueses. En la interna, un partido marxista leninista tampoco cree en eso del partido construido desde las bases. Los leninistas, en sentido estricto, no creen en la democracia ni al interior del partido ni en la sociedad, menos en el pluralismo político de las democracias liberales. Creen en la jerarquía y disciplina centralizada impuesta y controlada por las cúpulas del partido.
Eso de las facciones al interior del PC es simple pantomima. Lenin mismo decía: "¿Debemos subordinar nuestra política futura a ciertos principios democráticos fundamentales y atribuirles un valor absoluto, o bien subordinar todos los principios democráticos exclusivamente a los intereses de nuestro partido? Estoy decidido en favor de lo último".
En términos institucionales, el PC chileno tampoco cree en el Estado de Derecho que hoy impera en Chile, pues lo consideran burgués. El supuesto problema del origen democrático es secundario puesto que tampoco creían en el Estado de Derecho basado en la Constitución de 1925, al que también consideraban un orden legal de la burguesía. Igual que antes, aunque juegan bajo las reglas tampoco creen en la legalidad vigente. Sólo creen que es democrático y legítimamente legal aquello que ellos imponen y donde imperan con poder total.
Como explicaba el filósofo de origen polaco Leszek Kolakowski, para Lenin el arte, la literatura, el derecho eran simples armas políticas en la lucha de clases. Según Kolakowski, eso hacía que los marxistas leninistas no consideraran diferencias entre "escribir un tratado filosófico y utilizar armas de fuego". Esto fue más que evidente en Chile a fines de 2019.
El mismo 19 de octubre de ese año, Guillermo Teillier pedía la renuncia de Piñera en un entrevista concedida días antes a La Tercera. Semanas después lo haría Camila Vallejo en un programa en TVN. Claramente, como buenos leninistas, deben haber pensado que había suficiente agua en la piscina como para hacer caer al gobierno aprovechando el desmadre. Estaban aplicando con claridad eso de que todas las formas de lucha son válidas sin importar si son reñidas con la legalidad, las reglas democráticas o la ética.
Durante el primer proceso constitucional, por suerte rechazado, los comunistas aplicaron la política de retaguardia para tomar el control en la asamblea. La espontaneidad callejera de la tía Pikachu y del héroe de los vándalos luego caído en desgracia, el Pelao Vade, ya había sido funcional para azuzar los afanes deconstituyentes. Ahora era el turno de ellos para llevar la batuta.
Y así lo hicieron los comunistas tomando el control de la Convención, impulsando la plurinacionalidad y el indigenismo legal no para dividir el poder, sino que para sembrar un vacío que luego les permitiera un camino más fácil hacia el asalto al poder total. Porque a los marxistas leninistas no les gusta la pluralidad sino la centralización y el orden bajo su mando. Pero para eso, necesitaban azuzar el río revuelto. Como decía el historiador Francois Furet: "Lenin recoge el poder, más que conquistarlo".
¿Le sorprende entonces que Jeannette Jara y el resto de los comunistas chilenos crean que Cuba, cuya constitución consagra al Partido Comunista Cubano como fuerza rectora de la sociedad, es una democracia superior? ¿O que crean que el modelo de partido único en China es un sistema simplemente diferente y no antidemocrático? Son leninistas de tomo y lomo.
El problema es que hay muchos ilusos, algunos que incluso se precian de liberales, que creen que están ante socialdemócratas escandinavos que creen en el Estado de Derecho burgués, la democracia liberal y la economía social de mercado. En realidad creen en el monopartidismo, el control férreo de la economía y el aplastamiento de toda disidencia. Eso es lo que ha ocurrido en cada país donde los comunistas efectivamente se han hecho del poder. Ante eso estamos eligiendo.
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