El fracasado anuncio de una acusación constitucional en contra del Presidente Boric confirma que en la derecha tradicional, ante la incapacidad de competir con la ultraderecha con ideas y propuestas, se lanzan a rivalizar en quien es más extremista e irresponsable en sus planteamientos. Esa es la expresión de una crisis muy profunda en la derecha.
La noticia se dio a conocer a los medios de comunicación el lunes 30 de septiembre, pocas horas después que la bancada del Partido Republicano presentara una acusación constitucional en contra de la ministra del Interior, Carolina Tohá. Obviamente, los "ideólogos" de esta iniciativa pensaron que "mataban el punto" con el bombástico despropósito del libelo en contra del Presidente Boric.
Sin embargo, tan descabellado anuncio no tenía sustento alguno, y a los pocos minutos fue desautorizado por el presidente de Renovación Nacional y al día siguiente terminó de caer, su derrumbe fue inevitable porque dañaba seriamente la estabilidad democrática del país. También, en lo inmediato, el sueño de la derecha es contener el impacto de los contratos y remuneraciones de exministros de Piñera en la Universidad San Sebastián, en especial, el suculento pago recibido por la extitular de Educación y candidata a alcaldesa en Las Condes.
El costo de este escándalo para la derecha es incalculable, pero no se atreven a retirarle el apoyo a una candidatura desacreditada y sigue ahondándose el deterioro de un sector que ya no es confiable para sus propias bases de sustentación, las que se preguntan sobre cuáles son las razones que explican que no se haga nada. A la postre, la respuesta es muy dura, prevalece la adicción al dinero.
Por eso, se ve difícil que controlen el escándalo. La información conocida hasta el presente indica que desde la administración Piñera se entregó -por diferentes vías y convenios- una cifra cercana a los 7.000 millones de pesos a la Universidad San Sebastián. Así, se configura una situación enteramente ilegítima: Que se acumulaban recursos para las contrataciones de altos funcionarios, una vez que ese gobierno concluyera. Fueron "auto préstamos a futuro".
En definitiva, a través de sueldos totalmente desproporcionados e indebidos, un puñado de ideólogos en la derecha ha demostrado que sus convicciones doctrinarias no eran más que una fachada para obtener ingresos millonarios, burlando las frágiles regulaciones de las universidades privadas, desviando fondos fiscales hacia fines de enriquecimiento personal completamente inaceptables. Esa es la crisis moral que los atrapa.
El electorado de la derecha debe meditar a fondo lo que hará en las próximas elecciones municipales y de gobiernos regionales, los recursos malversados provienen en parte muy significativa de sus propios bolsillos porque fueron finalmente sustentados con ingresos fiscales.
Es decir, cuando desde la izquierda pedimos normas fiscalizadoras eficaces y auditorías efectivas no es por un "estatismo incorregible", simplemente, la experiencia dice que hay grupos de poder insaciables en sus fines de enriquecimiento personal y lo hacen sin vergüenza ni pudor.
La crisis de la derecha es producto de la total negación de los valores que dice propiciar, proclama la competencia y se otorga recursos del Estado que le aseguran quebrar cualquier posibilidad de competir a quienes no son parte de su centros de poder, también simula que exalta el mérito y lo atropella flagrantemente, habla de libertad y oprime brutalmente cuando considera que sus privilegios e intereses están en riesgo. Esa crisis hoy le ahoga y tensiona como no había nunca.
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