La palabra irrupción, según la RAE, es la "entrada impetuosa y repentina en un lugar". No existe una definición más precisa para el asombro que ha generado en Huechuraba el despliegue de Maximiliano Luksic.
La irrupción del heredero de la familia más rica del país en la contienda electoral, y su incursión en los asuntos públicos, demuestra la naturaleza de la política chilena: Basta con tener apellido y plata para imponerse sin cuestionamientos en cualquier lugar del país.
¿Pero alguien se podría sorprender?, claramente no, es parte de nuestra corta historia comunal. Para hacer memoria, los alcaldes que han liderado nuestra comuna han sido Sofía Prats Cuthbert (PPD) -hija del general Prats-, designada por el expresidente Patricio Aylwin en 1991; posteriormente en 2010 Carolina Plaza Guzmán (UDI) -sobrina de Jaime Guzmán y hoy concejala en Providencia-, quien deja el cargo en Huechuraba frente a episodios de corrupción; y en la actualidad Carlos Cuadrado Prats (PPD), hijo de Sofía Prats. El común denominador de todos ellos es tener vínculos políticos y familiares. Ahora, efectivamente, lo de Maximiliano Luksic es obsceno.
Sin vinculo social ni familiar en la comuna, sin trayectoria en el territorio ni en la gestión pública, sin experiencia en el ejercicio de un cargo de elección popular; cuenta con todo el respaldo de Chile Vamos y otros partidos de oposición que comienzan a subirse al carro de la victoria, como es el caso de Demócratas y Amarillos. Efectivamente, dije "al carro de la victoria" y es que ¿quién podría decir no al hijo de Andrónico Luksic -el "Ricky Ricón" de la política-?
Luego de 12 años de administración de Carlos Cuadrado Prats, en octubre de este año, las y los vecinos de Huechuraba deben decidir el rumbo de la comuna y elegir a su próximo alcalde, ¿repetiremos nuevamente nuestra historia comunal?
Huechuraba es una de las comunas donde su actual alcalde no puede ir a la reelección luego de cumplir el límite de tres períodos. Además, aunque existe un acuerdo nacional entre todos los partidos del oficialismo por la candidatura única de la actual concejala Carolina Rojas (PPD); surge otra candidatura, la de Ignacio Silva, exDC y actual concejal, y que participó en la negociación nacional con cupo independiente por el Partido Liberal, negociación que no respetó y que en la actualidad busca patrocinios para ir "por fuera" -como independiente- de los partidos a la elección a alcalde. Su principal credencial es su "padrino político", el actual gobernador Claudio Orrego.
El escenario anterior es relevante, porque la incursión de Maximiliano Luksic se explica tanto por el escenario descrito y por el poder empresarial que representa -ese es su principal respaldo-, en donde Chile Vamos vio la apertura para un triunfo electoral, pero por sobre todo la ausencia de liderazgos y apuestas colectivas en la comuna que logren cuajar en unidad un proyecto convocante para el mismo desafío municipal. Además, su designación no tuvo cuestionamientos por parte de Chile Vamos e incluso Republicanos, a diferencia de la candidata del oficialismo Carolina Rojas (PPD), quien aún no logra encontrar respaldo en las bases de todo su sector, ¿será que Rojas carece de las redes familiares y políticas con las que cuentan sus actuales competidores y, con la que han contado todos los alcaldes en Huechuraba?
Parte de la escena política nuevamente nos demuestra que la "colonización" de los territorios y las grúas que mueven candidatos a partir de redes familiares y políticas de un lugar a otro siguen tan vigentes como antes, nuestra propia comuna es un reflejo de ello. Serán los propios vecinos quienes deberán responder la interrogante en torno al presente y futuro de Huechuraba.
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